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La consagración a la Santísima Virgen María es un acto mediante el cual una persona se entrega totalmente a la protección, guía y amparo de la Virgen para que Ella la conduzca a la unión perfecta con Cristo.

 

 

¿Qué es consagrarse?

La palabra “consagración” viene del latín: “Cum-sacrum”, es decir, “Santo con”. El propósito de la consagración es alcanzar la santidad. Es alcanzar esa unión de corazones, de nuestro corazón, con el corazón de Dios. Cuando le damos permiso a María de actuar en nuestro corazón, ella, junto con el Espíritu Santo empiezan a trabajar en nosotros y a conseguirnos las gracias necesarias para cambiar nuestro corazón de piedra por un corazón vivo, lleno de amor para Dios y para nuestros hermanos.

Muchos caminos pueden ayudarnos a lograr esto, pero el más fácil, el más corto y más seguro, es sin duda, a través del Inmaculado Corazón de María, como dice San Luis Grignon de Montfort.

Modo de preparación

Para hacer bien la consagración personal a María hay un sólo requisito: hay que entregarse a María totalmente, sin reservarse nada. Para asegurar esa totalidad en la entrega conviene prepararse durante algunos días meditando sobre lo que nos disponemos a hacer.

Si bien puedes consagrarte a Jesús a través de María en cualquier momento de cualquier día, y las veces que quieras, lo adecuado es dedicar 33 días a la preparación para el día de la consagración. ¡Y hay varias formas en que puedes prepararte para el día de Consagración!

33 Días Hacia Un Glorioso Amanecer – Este es uno de los métodos más populares de preparación mariana en la actualidad; este libro escrito por el sacerdote Michael Gaitley te guiará durante 33 días de lecturas para preparar tu corazón para la consagración al Inmaculado Corazón de María. Este método está basado en los escritos de san Luis G. de Montfort, San Maximiliano Kolbe, Santa Madre Teresa y San Juan Pablo II.

La Verdadera Devoción a la Santísima Virgen y Preparación para la Consagración Total - San Luis María G. de Montfort es conocido por ser el principal promotor de lo que él denomina “Consagración Total a Jesús a través de María”. Se trata del enfoque tradicional utilizado por muchos otros desde la muerte del santo.

La Consagración al Inmaculado Corazón de María, revelada en Medjugorje - La Virgen Santísima a través de los videntes de Medjugorje, preparó un plan de preparación de 33 días, indicando las líneas maestras de cada uno de los días con mensajes para cada uno de ellos. Los que llevan a cabo la consagración al Inmaculado Corazón de María, con una verdadera y sincera preparación, tal cual es solicitada por Ella misma y según sus propias palabras, transcritas en este libro, recibirán al Espíritu Santo en sus corazones y sus vidas se encaminarán hacia una santidad y perfección radical, bajo la protección especial de la Santísima Virgen.

¿Por qué consagrarse?

Todos los cristianos sabemos lo difícil que es mantenerse día a día en una vida fiel a Dios. ¡Son tantos los peligros, las tentaciones, las ilusiones…! ¿Hay algún camino seguro, fiable y fácil que nos ayude a mantenernos unidos a Jesucristo, nuestro Señor y Salvador? Sí que lo hay. Él mismo nos los mostró. A la hora de hacerse hombre Jesucristo vino a nosotros a través de la Virgen María.

¿Por qué no íbamos a elegir el mismo camino a la hora de ir hacia Él?

Consagrándonos a la Virgen nos ponemos en manos de la Madre de Dios, que es también nuestra madre, para que Ella nos proteja y nos ayude a mantenernos fieles al Señor. Ella cuida de forma especial, ayudando a vencer todas las dificultades propias de la vida cristiana, a aquellos que se confían en sus manos y bajo su manto.

¿No basta esta única razón para entregarnos totalmente a los cuidados de la Reina del Cielo?

Por eso los santos de todos los tiempos han vivido unidos y consagrados a la Santísima Virgen María. Difícilmente podamos encontrar algún santo que no haya tenido especial amor y devoción a la Virgen. Algunos de ellos han sido especialmente importantes por su insistencia en este asunto.

Entre ellos cabe recordar a San Ildefonso de Toledo (607-667) San Bernardo de Claraval (1090-1153), San Juan Bosco (18151888), San Antonio Mª Claret (1807-1870) San Juan Pablo II (1920-2005).

Un santo muy importante fue San Luis María Grignón de Montfort (1673-1716), que escribió un libro titulado “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen María” donde explica estos temas con profundidad.

La consagración a la Santísima Virgen María ha tomado fuerza en estos últimos años a raíz de las apariciones de la Virgen en Fátima, donde el Cielo claramente pidió no solo la consagración de las personas individuales sino también la de países enteros. El Magisterio de la Iglesia, especialmente a través de los Sumos Pontífices, ha alabado, recomendado y exhortado a todos los cristianos a que se consagren a la Santísima Virgen María.

El Papa San Juan Pablo II (consagrado personalmente bajo el modelo de San Luis Mª Grignón de Montfort) y el Papa Benedicto XVI impulsaron esta práctica de forma especial en estos últimos años.

Sn. Juan Pablo II entendía la entrega a María como “la renovación perfecta de las promesas bautismales” a través de las manos de ella. Según entendía el Papa, un cristiano se entrega conscientemente a María para poder entrar plenamente en la consagración a Jesucristo efectuada mediante el bautismo.