Madre de Jesucristo:
María, Madre mía, qué título más hermoso, que ser la Madre de Nuestro Salvador, tú la mujer escogida desde siempre para tal misión, todas las virtudes están presentes en ti, bendita seas entre todas las mujeres.

La bienaventurada Virgen María, a muy corta edad, ya tenía una de las responsabilidades más importantes que una mujer puede llegar a tener, la cual era dar a luz, al hijo de Dios, al salvador, a quien nos redimiría del pecado original.

Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús¨ (Lucas 1: 31)
“El gozo que produce el acontecimiento de la encarnación, es evidente desde la anunciación, cuando el saludo del ángel Gabriel a la Virgen de Nazaret se une a la invitación a la alegría mesiánica “Alégrate, María”. A éste anuncio apunta toda la historia de la salvación, es más en cierto modo, la historia misma del mundo. En efecto, si el designio del Padre es de recapitular en Cristo todas las cosas ( cf. Ef 1, 10) el don divino con el que el Padre se acerca a María para hacerla Madre de su hijo alcanza a todo el universo. A su vez, toda la humanidad está como implicada en el fiat con el que Ella responde prontamente a la voluntad De Dios”. (Tomado de la Carta Apostolica/ ROSARIUM VIRGINIS MARIE/ SAN JUAN PABLO II. Tomado de Mariologia.org/ Letanias Lauretana.)

En el momento en el que María contesta ¨Hágase en mí, según tu palabra¨ Dios se hace hombre, Jesucristo se vuelve hijo y María se convierte en su madre. A María se le encarga no solamente el hecho de engendrar a Jesús, sino que involucra infundirle un alma que le genere actitudes y sentimientos humanos como los nuestros, Jesucristo todo un Dios acepta asumir una naturaleza como la nuestra, por amor a nosotros.

El hecho de que María sea la Madre de Dios es un misterio hermoso, un misterio que poco a poco iremos entendiendo, un misterio que nos será revelado si nos dejarnos guiar por María, solo así podremos comprender y amar la misión que se le fue encomendada, es Ella quien nos llevará dulcemente a conocer y amar a su hijo, es Ella quien si le damos nuestro SI transformará nuestra vida, nuestros actos, nuestros corazones y nuestras obras, porque sólo ella puede llevarnos a encontrarnos con Jesús, sólo ella nos enseñará que a través de nuestras obras, es como su amado hijo se hace presente y vive en cada uno de nosotros, en cada hermano que nos necesita, en quien no lo conoce.

Digamos SI, cada vez que con gran devoción recitemos cada una de las alabanzas que le hacemos en las letanías lauretanas, donde proclamamos ante todo la Santidad de María.

Autora: Clarita Silva Santacruz de Servín.

No. 3 de la Serie Letanías Lauretanas.

Categories: Fatimazo

3 Comments

Laura silva · 20 de febrero de 2018 at 1:00 PM

Que hermosa explicación, no hay duda que e cada invocación de la letanía hay un tesoro que descubrir y saborear no son simplemente alabanzas son u a la era de reconocer en María y con María que por ella se hizo la nueva alianza, por ella se nos dio una nueva oportunidad de ir al padre.
HERMANA GRACIAS POR ESTÁ BELLA EXPLICACIÓN. 💗

Catalina · 19 de febrero de 2018 at 6:06 PM

Clarita son preciosas para el espiritu todas las letanias lauretanas a mi en lo personal siento que me han acercado mas a mamita maria han sido de gran ayuda Dios la bendiga y el espiritu santo le ilumine para que nos siga favoreciendo un abrazo

Beatriz MOISES · 19 de febrero de 2018 at 12:33 PM

En lo maravilloso que es poder recibir estos mails y aprender más de Maria

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