Las apariciones de Nuestra Señora en Fátima fueron precedidas por tres visiones que Lucía, Francisco y Jacinta tuvieron del Ángel de Portugal, o de la Paz, entre abril y octubre de 1916, en una colina próxima a la Cova de la Iria, denominada Cabeço. Por medio de las palabras del Ángel, la Providencia predisponía a los niños para el momento en que la propia María Santísima les hablaría.