➡ Feuillants era el nombre que se daba a los monjes cistercienses de la abadía de Notre-Dame-des-Feuillants, fundada en 1145 en el reino de Francia, en territorio perteneciente posteriormente a la diócesis de Rieux.

➡ El nombre (del francés feuille -«hoja»-) provenía de su régimen de alimentación, estrictamente vegetariano, sin incluir huevos ni pescado. Entre otras normas, debían dormir y comer sobre el suelo, realizar trabajos manuales y guardar voto de silencio.

➡ La Orden del Cister se halla marcada desde sus orígenes, con el sello de la devoción a la Stma. Virgen, porque esta devoción se revela ya en sus fundadores y en la del hijo más preclaro que ha tenido que es San Bernardo de Claraval.

➡ Los biógrafos de San Roberto -primer fundador- dicen que éste, desde su juventud se consagró a la Virgen y la servía con especial devoción.

➡ San Alberico –Segundo fundador- Según reza una tradición, -como símbolo de pureza y del amor que este santo tenía a la Virgen- mereció recibir de las manos de María el hábito blanco. De aquí el apelativo con que suele denominarse a los cistercienses: los monjes blancos. Dirá más tarde, Abad Adán Persigne, que se denominan blancos, no tanto por sus blancos hábitos cuanto porque son servidores espirituales del candor virginal de María Santísima.

➡ San Esteban Harding –tercer fundador- sucesor de San Albarico y formador en la vida monástica del gran San Bernardo, fue otro privilegiado de la Virgen María. Ambos coincidieron en un mismo amor a la Madre del Cielo y ejercerían una influencia decisiva para la orientación mariana de la Orden. Esteban puso la incipiente fundación bajo su patronazgo.

➡ Esta devoción de los Fundadores de Cister cristalizó en una definición del Capítulo General de 1119 que ordena que sean construidos todos sus monasterios en honor a la Reina de Cielos y Tierra en la advocación de la Asunción de la Santísima Virgen a los Cielos.

❤️ Hagamos conocer y amar a la Virgen María.


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