1917 es un momento muy especial para la humanidad. Tan importante el lugar como la situación a nivel mundial. En esos momentos la Primera Guerra Mundial hacía estragos en Europa donde se enfrentaban las principales potencias europeas: franceses e ingleses luchaban contra rusos, alemanes y austriacos. Una guerra que parecía no iba a tener fin.

Mientras gran parte del mundo civilizado sufría la Primera Guerra Mundial, el comunismo realizaba su primer gran conquista: Lenin Alcanzaba el poder en Rusia a partir del éxito de la revolución bolchevique de 1917 provocando como resultado una terrible persecución a la Iglesia, erigiendo la impiedad y el crimen masivo como sistema de gobierno. El partido bolchevique comenzó inmediatamente a esparcir “sus errores” por todo el mundo.

Hasta entonces, jamás se había visto un sistema de gobierno que propusiera: la instauración del igualitarismo más completo y la supresión de la propiedad privada; el divorcio y el amor libre; el aborto y el control de la natalidad; la “liberación” de las mujeres; la eutanasia; la omnipresencia del Estado; la hiperplanificación de la vida; la tortura psiquiátrica a los disidentes; el exterminio de clases sociales enteras, de etnias, de opositores y aún de simpatizantes silenciosos. Todo esto teniendo como objetivo final extirpar de las almas toda forma de religión trascendente y de implantar una verdadera anti–religión: la del materialismo y del relativismo...

La Revolución Portuguesa de 1910, había depuesto a la Monarquía reinante y proclamado la República, que estaba compuesta principalmente por francmasones de alto rango. La Iglesia fue el primer blanco durante la revolución: las iglesias fueron saqueadas, los conventos atacados y los religiosos hostigados. Los ataques más fieros y más puntuales, sin embargo, vinieron a través de la legislación anticlerical que aprobó la República. Inmediatamente después de la proclamación de la República, todos los conventos, monasterios y órdenes religiosas fueron suprimidos, los religiosos mismos fueron personalmente expulsados y sus bienes confiscados.

Entonces fueron aprobadas las leyes dirigidas a destruir la moralidad del país, una tras otra: aprobaron la ley de divorcio, la abolición del voto religioso, la supresión de la enseñanza religiosa en las escuelas, y la prohibición del uso de la sotana sacerdotal. El toque de campanas de las iglesias y los horarios del culto fueron sujetos a ciertas restricciones.

Se abolieron los días festivos religiosos y se aprobaron la ley del divorcio y la de separación entre Iglesia y estado, desde entonces, la masonería se puso a la tarea de descristianizar el país. El gobierno republicano y los masones, desataron una campaña de violencia contra la Iglesia.

Las apariciones de Fátima, se producen en un Portugal convulso y contrario a la Iglesia. 1917 marca entonces un año muy especial por el doble acontecimiento: la venida de la Mujer vestida del Sol, en Fátima, y la llegada del dragón rojo al mundo, con el comunismo tomando el control de una de las mayores naciones de la tierra.

Ese mismo año, la Madre de Dios, en Fátima, llevaba a tres pastorcitos el mensaje de la paz, la esperanza y el amor para la Humanidad. Tenían una vida muy sencilla y pobre. Eran hijos de campesinos que vivían en un poblado de tan solo veinte casas, perteneciente al municipio de Fátima. Cada día se levantaban y llevaban el ganado a pastorear hasta media tarde. Después se iban a jugar con otros niños del poblado y una vez por semana acudían a la catequesis que era el único lugar donde aprendían historia sagrada y algo de lectura y escritura. En parte por la escasez de medios, en parte por la pobreza que sufría Portugal por aquellos años, los niños no tenían recursos para ir a la escuela y escasamente sabían leer y escribir.

Estas eran las circunstancias cuando se produjeron las apariciones.

HISTORIA

La historia de Fátima comienza realmente en el año 1916 cuando 3 niños: Lucía, de 9 años, Francisco, de 8 años y Jacinta, una niñita de 6 años, recibieron la visita de un Ángel en el valle de Cova de Iría, ubicado cerca del pueblo de Fátima en Portugal. El ángel, que se identificó como el "Ángel de Portugal" y "Ángel de la paz", preparó el alma de los pastorcitos para comprender mejor, vivir y difundir el mensaje de Fátima. Las apariciones del Ángel son una auténtica "puerta ̈ que abre la entrada en el acontecimiento Fátima y su mensaje.

Al momento de las apariciones, en la Portugal rural del año 1916, era frecuente ver a los niños llevando a sus rebaños a pastorear. Esto es lo que los niños de las familias Marto y Santos estaban haciendo cuando se les apareció el ángel. Casi siempre eran Lucía Santos, Francisco Marto y su hermana Jacinta, los que con gusto tomaban esta responsabilidad agradecidos por la oportunidad de jugar al aire libre mientras las ovejas pastoreaban en silencio.

Los pastorcitos solían llevar a pequeños grupos de ovejas a pastorear en parcelas pertenecientes a sus padres en diferentes partes de la sierra, el altiplano en el que se encontraba el pueblito de Fátima (donde se encontraba la Iglesia parroquial) y Aljustrel (donde vivían los niños). Dos miradores favoritos eran las colinas que miraban a Aljustrel, cerca de un campo llamado Loca do Cabeco (Lugar de la Cabeza) y la Cova da Iria (Ensenada de Irene) a poca distancia de Fátima.

En estos lugares ocurrieron las apariciones que cambiarían el curso de la vida de estos niños y anunciarían eventos futuros que involucrarían a toda la humanidad.

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