Una Confesión Reparadora significa que la confesión no solo debe ser buena (válida y lícita), sino que debe también ofrecerse en el espíritu de reparación, en este caso, al corazón inmaculado de María. No hay necesidad de informar al propio confesor, pero la intención de ofrecerla en reparación debe hacerse cuando menos antes de recibir la absolución, y esto puede ser en camino a confesión o incluso unos días antes al decidirse hacerla.

 

Esta confesión puede hacerse el mismo Primer Sábado o algunos días antes o después del Primer Sábado, y puede asociarse con otra devoción. Así, la confesión hecha en relación a la Devoción del Primer Viernes puede ofrecerse como Confesión Reparadora al Corazón Inmaculado de María en conexión con la Devoción del Primer Sábado. Las dudas que sobre esta cuestión tuvo Lucía, fueron resueltas por el Niño Jesús en su aparición del 15 de febrero de 1926.

 

De este modo, cuando Lucía explicó las dificultades que algunos experimentan al confesarse los sábados y al preguntar si bastaría la confesión hecha dentro de la octava que precedió, el Niño Jesús contestó:

 

Sí, la confesión puede preceder, incluso por un período largo, con tal de que al recibirme estén en estado de gracia, y que se haga con la intención de hacer la reparación al corazón inmaculado de mi Madre.

—Pero ¿y si la persona se olvida de hacer la intención reparadora en la confesión? --preguntó Lucía.

—Que haga la intención en la siguiente confesión, en la primer oportunidad que se presente.

 

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