DÍA DE LA CONSAGRACIÓN

¡Felicidades! Has llegado al Día de Consagración. Ahora prepárate para un nuevo amanecer glorioso en tu vida espiritual. Claro que ya estás listo. Te has preparado fielmente para este momento durante los últimos 33 días.

Tengo tres recomendaciones para tu preparación final: (1) Haz una buena confesión — pero si no tienes tiempo para hacerlo antes de la consagración, dile al Señor con el corazón cuánto lamentas tus pecados y toma la decisión de confesarte cuanto antes. (2) Escribe o imprime la oración de consagración para firmarla después de recitarla. (3) Consigue una medalla milagrosa para llevarla alrededor del cuello como signo de tu consagración — o al menos, llevarla en tu bolsa o cartera. Repito, éstas son recomendaciones. No son esenciales para la consagración.

Oración de consagración

Bien, ya estás listo para consagrarte. Ahora necesitarás la oración correcta. Puedes usar la que está más abajo, o una de algún santo, u otra que hayas escrito tú mismo. Sea cual sea la oración, te recomiendo que la recites después de asistir a Misa o incluso después de recibir la Sagrada Comunión (si hay tiempo). Si no puedes asistir a Misa, aún así puedes consagrarte — recomiendo hacerlo con la Misa, pero no es esencial. Con o sin Misa, después de recitar la oración de consagración, sugiero que la firmes, la feches y la guardes en un lugar seguro. (Cuando renuevo mi consagración cada año, me gusta recitar la oración usando el original, luego lo firmo y lo fecho nuevamente.) De todas maneras, aquí tienes, de nuevo, la Oración de Consagración de 33 Días hacia un Glorioso Amanecer, que resume las ideas principales de nuestros cuatro santos marianos:

Yo, ______________, pecador arrepentido, renuevo y ratifico hoy en tus manos, oh Madre Inmaculada, las promesas de mi bautismo. Renuncio a Satanás y decido seguir a Jesucristo aún más de cerca que nunca. María te doy mi corazón. Enciéndelo, por favor, con el amor por Jesús. Hazlo siempre atento a su ardiente sed de amor y de almas. Guarda mi corazón en tu Corazón Purísimo para que yo pueda amar a Jesús y a los miembros de su Cuerpo con tu mismo amor perfecto. María, me entrego totalmente a ti: mi cuerpo y mi alma, mis bienes interiores y exteriores e incluso el valor de todas mis buenas acciones. Haz de mí, por favor, de todo lo que soy y tengo, lo que más te agrade. Permíteme ser un instrumento digno en tus manos inmaculadas y misericordiosas para rendirle el mayor homenaje posible a Dios. Si me caigo, por favor dirígeme nuevamente a Jesús. Lávame en la sangre y el agua que brotan de su costado traspasado y ayúdame a no perder nunca la confianza en esta fuente de amor y misericordia. Contigo, oh Madre Inmaculada tú que siempre haces la voluntad de Dios —me uno a la consagración perfecta de Jesús mientras se ofrece en el Espíritu al Padre por la vida del mundo. Amén.

Misa Grupal para la Consagración (opcional, se puede asistir a la misa del día de forma personal)

La oración de Consagración se recitará en forma comunal (si así lo aprueba el Sacerdote celebrante) en el momento del ofertorio, justo al terminar la homilía.

  • Al terminar la homilía, el Sacerdote convoca a las personas que se van a consagrar y/o renovar su Consagración para que se acerquen al Altar.
  • Las personas pasan al frente con la Oración de Consagración, su Escapulario y su flor (la flor es opcional).
  • Leen todos juntos la Oración de Consagración.
  • El Sacerdote bendice con la fórmula Carmelita los Escapularios, y luego los asperja con Agua Bendita.
  • El Sacerdote impone los Escapularios. Cada persona que se Consagra por primera vez, tendrá abierto el Escapulario entre sus manos para facilitar la imposición.
  • Hacer el ofrecimiento de la flor a María Santísima.
    * Si ya ha sido impuesto el escapulario con anterioridad, la persona deja su flor en el florero dispuesto para esto y regresa a su lugar.

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