Los mandamientos de la Ley de Dios
(Del Libro: “Las llamadas del mensaje de Fátima”. Sor Lucia)
El mensaje de Fátima nos recuerda la necesidad de seguir por el camino del Cielo.
Es la observancia de la Ley de Dios lo que nos ha de conducir a la Vida Eterna.
Así lo declaró Jesucristo a un joven que le preguntó: «“Maestro, ¿qué cosas buenas debo hacer para alcanzar la vida eterna?”
Él le respondió: “¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno solo es el bueno. Por lo demás, si quieres entrar en la Vida, guarda los mandamientos”»
Por lo tanto, el camino del Cielo es éste: cumplir los mandamientos.
Como, desgraciadamente, la mayor parte de la humanidad los ignora y no los comprende, será útil, para muchas almas, recordarlos aquí, para tener presente lo que debemos hacer para conseguir la vida eterna.
Tal vez a alguien se le ocurra preguntarme: ¿Qué tienen que ver con el mensaje los mandamientos de la Ley de Dios?
Respondo que tienen que ver, y mucho; son uno de los puntos principales del mensaje.
Nuestra Señora terminó la serie de sus apariciones en Fátima con las siguientes palabras: «No ofendan más a Dios Nuestro Señor que ya está muy ofendido».
Y, antes, en el día 13 de julio, Ella había dicho: «En octubre diré quién soy y lo que quiero».
Siendo así, lo que Nuestra Señora quería, y por lo tanto el fin principal del mensaje, era pedirnos que no ofendiésemos más a Dios Nuestro Señor porque Él ya estaba muy ofendido.
Y no hay duda de que lo que más ofende a Dios es la transgresión de su Ley: toda la Sagrada Escritura nos lo atestigua.
Todos los profetas clamaron contra la transgresión de la Ley de Dios y del mismo modo hizo Jesucristo y hace la Iglesia, continuadora como es de la voz de Cristo cerca de nosotros.
· El Conocimiento de Dios
· Adorar solamente al único Dios Verdadero
· No invocar el nombre de Dios, en apoyo a la mentira
· Guardar los dias de precepto
· Honrar padre y madre
· No matar
· No cometer adulterio
· No hurtar
· No levantar falso testimonio contra el prójimo
· No codiciar la mujer del prójimo
Los mandamientos se encierran en la caridad
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