159. 🔸 Quería pedirle que nos llevara para el Cielo - Lucia

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🗣📜 En el lenguaje bíblico el «cielo», cuando va unido a la «tierra», indica una parte del universo.
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💒🧖🏽 En sentido metafórico, el cielo se entiende como morada de Dios, desde lo alto del cielo, ve, juzga y baja cuando se le invoca.
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🔼🌫 A la representación del cielo como morada trascendente del Dios vivo, se añade la de lugar al que también los creyentes pueden, por gracia, subir, como muestran en el Antiguo Testamento las historias de Enoc y Elías.
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🏆🥇🌫 Así, el cielo resulta figura de la vida en Dios. En este sentido, Jesús habla de «recompensa en los cielos» y exhorta a «amontonar tesoros en el cielo».
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💞💞💞 Luego, los creyentes, en cuanto amados de modo especial por el Padre, son resucitados con Cristo y hechos ciudadanos del cielo. Las criaturas experimentan la paternidad de Dios, rico en misericordia, a través del amor del Hijo de Dios, crucificado y resucitado, el cual, como Señor, está sentado en los cielos a la derecha del Padre.
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💞❤️🕊 En el marco de la Revelación sabemos que el «cielo» o la «bienaventuranza» en la que nos encontraremos no es una abstracción, ni tampoco un lugar físico entre las nubes, sino una relación viva y personal con la santísima Trinidad. Es el encuentro con el Padre, que se realiza en Cristo resucitado gracias a la comunión del Espíritu Santo.
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😇🌫 Si sabemos gozar ordenadamente de los bienes que el Señor nos regala cada día, experimentaremos ya la alegría y la paz de que un día gozaremos plenamente.
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🙇🏾🙇🏻‍♀️ Somos conscientes de que mientras caminamos en este mundo estamos llamados a buscar «las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios».
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JUAN PABLO II
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 21 de julio de 1999
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