168. 📍 La visión del infierno y las oraciones para salvar a los pecadores
#FatimaParaHoy
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😶😶😶💔 Los pastorcillos tuvieron la experiencia más aterradora por la que pueda pasar jamás una persona: una visión del infierno.
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🧐 Vamos a examinar muy cuidadosamente por qué Jesús y María permitieron esto y cuáles fueron sus efectos.
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➡️🧖🏼♀️💖 Es importante destacar que nuestra Señora preparó a los niños con un sentido de oración en favor de sus hijos espirituales en peligro de quedar eternamente alejados de Dios...
“Sacrifíquense por los pecadores, y digan muchas veces, especialmente cuando hagan algún sacrificio < Oh Jesús, es por amor a ti, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María > “.
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💞💞💞 Estas palabras de nuestra Señora hallaron acogida inmediata en la mente y el corazón de los tres pequeños videntes.
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😇🙌🏼🙏🏽 Ellos habían recibido con anterioridad del Ángel de la Paz el mensaje del sacrificio, la reparación por la salvación de los pecadores.
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🙌🏼👩🏻👦🏽🧒🏽 Lucia, Jacinta y Francisco entendieron a pesar de su tierna edad, el deseo de Dios de compartir con ellos su obra de redención.
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😇😇😇 Eran niños generosos para hacer sacrificios, y las palabras de nuestra Señora los hacían más generosos aún.
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🚀☁️ El sacrificio o mortificación es el camino más rápido para ir al cielo. Un gesto de paciencia, un enojo convertido en sonrisa, una palabra de aliento en la dificultad, no quejarnos, dar ánimo a los demás, ayudar en todo lo que sea posible según nuestro estado de vida; por ejemplo levantar la mesa, limpiar los platos, ayudar en el hogar, no discutir, no pelear, buscar la paz, etc., uniendo todo al sacrificio de Jesús en la Cruz, pidiendo por la conversión de los pecadores, y ofreciéndolo en reparación por las ofensas al Inmaculado Corazón de María, es contribuir a que el Amor, la Bondad y la Paz de Dios reinen en los corazones de nuestros hermanos, y es anticipar el triunfo del Corazón Inmaculado de María.
- Extraído: https://fatimazoporlapaz.org/download/11774/
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Fuente Fatima para hoy pag. 61
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