🔸En la batalla de Las Navas, el valeroso rey Alfonso VIII, rey de Castilla, se enfrentó a un enorme ejército de moros que habían invadido España desde África.

🔸Caballeros de todas partes de Europa se reunieron en Toledo convocados por el Papa Inocencio a una nueva cruzada. Fue el ejército cristiano más poderoso que se haya reunido durante toda la reconquista hasta ese momento.

🔸El día de la batalla, se enfrentaron moros y cristianos el líder moro Miramamolin, se jactó de que «era lo suficientemente fuerte como para luchar contra todos los que adoraban el signo de la cruz».

🔸El rey Alfonso iba con sus caballeros, sobre sus cabezas la bandera real de Castilla, y sobre ella una imagen de la Santísima Virgen María y se sostenía en alto cerca de otro estandarte que representaba la Santa Cruz de Cristo.

🔸La imagen había sido entregada al rey Alfonso después de una aparición de Nuestra Señora ante un sacristán en el santuario mariano de Rocamadour, ordenándole que entregara la pancarta al rey castellano

🔸La batalla comenzó, la lucha fue feroz, y parecía que los cristianos perderían la batalla. Fue en ese momento que ocurrió un gran milagro.

🔸Las banderas del rey flotaban sobre un mar agitado de cuerpos, cuchillas y cascos flotantes donde el rey Alfonso se había abierto paso brevemente. Los moros lanzaron flechas y piedras a las pancartas, pero, por más que lo intentaron, no pudieron hacer nada para dañar las pancartas.

🔸Un llanto de desesperación se elevó hasta los cielos, y los guerreros del desierto se dispersaban y saltaban a un lado. El valeroso rey Alfonso estaba dispuesto a morir en lugar de ser conquistado.

🔸Los moros como hombres enloquecidos de terror, arrojaron sus lanzas y comenzaron a huir en todas direcciones, chocando salvajemente entre sí.

🔸El rey Alfonso había llevado sin temor a su ejército cristiano a una victoria increíble, incluso milagrosa. Muchos historiadores militares que ven esta batalla como una de las 50 batallas más importantes en la historia del mundo.

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