190. ๐Ÿ“ PARTE II
#FatimaParaHoy
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Esta segunda parte del Tercer Secreto es muy diferente de lo que la precede:
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๐Ÿ‘€๐ŸŒŸ๐Ÿง–๐Ÿป ..." Y vimos en una luz inmensa que es Dios, algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando le pasa por delante vimos a un Obispo vestido de Blanco; tuvimos el presentimiento de que era el Santo Padre. Vimos tambiรฉn a otros Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas subir una escabrosa montaรฑa, en lo alto de la cual estaba una gran Cruz de troncos toscos como si fueran de corcho con la cรกscara; el Santo Padre, antes de llegar ahรญ, atravesรณ una gran ciudad medio en ruinas, y medio tambaleante, con andar vacilante, desconsolado de dolor y pena, iba orando por las almas de los cadรกveres que se encontraba por el camino; llegando a lo alto del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz, fue asesinado por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros y flechas, y asรญ mismo fueron muriendo unos tras otros los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y varias personas seglares, caballeros y seรฑoras de varias clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz estaban dos รngeles cada uno con una regadera de cristal en la mano, en ellas recogรญan la sangre de los mรกrtires y con ella regaban las almas que se aproximaban a Dios.Esto no lo digรกis a nadie. A Francisco sรญ podรฉis decรญrseloโ€.
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๐Ÿž๐ŸŒŒโœ๏ธ En su โ€œComentario teolรณgicoโ€, el cardenal Ratzinger explicรณ los sรญmbolos de la montaรฑa empinada, la gran ciudad medio en ruinas, y la gran cruz de maderos toscos:
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๐Ÿž๐ŸŒ Dijo que la montaรฑa y la ciudad simbolizan el terreno de la historia humana.
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๐Ÿ˜ฐ La actividad humana es tanto una ardua subida como una expresiรณn de creatividad y comunidad;
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๐ŸŒโšฐ๏ธ por otro lado, la ciudad puede convertirse en un lugar de muerte y destrucciรณn porque los hombres pueden destruir lo que han construido
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โœ๏ธ ๐Ÿ Ratzinger considerรณ como la Cruz de Cristo, โ€œmeta y guรญa de la historiaโ€.
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โœ๏ธ๐Ÿ•Š La Cruz representa y a la vez transforma la miseria humana en el medio de salvaciรณn. Es por lo tanto una seรฑal de esperanza.
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๐Ÿ’ฃ๐Ÿ’’ En la visiรณn de los niรฑos, muchas otras personas iban siguiendo al papa; obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, y laicos de diferentes rangos y puestos. Asรญ en la visiรณn al Santo Padre lo mataban, lo mismo sucedรญa con todos aquellos que iban siguiรฉndolo. Se trataba de hombres y mujeres que morรญan como mรกrtires a causa de su amor por Cristo y por la Iglesia; como el enorme nรบmero de mรกrtires que hubo en Rusia y asรญ tambiรฉn hubo muchรญsimos otros que sacrificaron su vida.
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๐Ÿค” El cardenal Ratzinger ofrece esta reflexiรณn sobre esas almas heroicas:
En la visiรณn podemos reconocer el siglo pasado como siglo de los mรกrtires, como siglo de los sufrimientos y de las persecuciones contra la Iglesia, como el siglo de las guerras mundiales y de muchas guerras locales que han llenado toda su segunda mitad y han hecho experimentar nuevas formas de crueldad. En el โ€œespejoโ€ de esta visiรณn vemos pasar a los testigos de la fe, decenio por decenio.
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