🔺Nacida en 1476, en Narni, Italia, Lucía Brocadelli, de tan solo cinco años, experimentó su primera visión de la Santísima Virgen María. Cuando tenía siete años, visitó a un tío en cuya casa había pintada en el techo una imagen de ángeles. Lucía fue a orar allí, siendo favorecida por una visión celestial de Nuestra Señora, que le brindó a su Divino Hijo para que sostuviera. Nuestro Señor le dio un anillo a Lucía, y Santo Domingo, quien también estuvo presente en la visión, le dio un escapulario para que usara desde ese momento.
🔺A medida que crecía, la familia de Lucía deseaba que se casara; ante la objeción de ella, la Santísima Madre se le apareció y le pidió que se casara y la imitara en la vida de Nazaret. Su esposo, Pietro, aceptó respetar el voto de virginidad de la joven Lucía. Ella llevaba una vida santa casada, y tenía visiones: Santa Catalina de Siena, Santa Inés y Santa Inés de Monte Pulciano se le aparecían con frecuencia.
🔺El deseo de Lucía de convertirse en religiosa persistió. Finalmente, influyó en su marido para tomar el hábito de san Francisco, mientras establecía, a petición del Papa, un convento en Ferrara.
🔺Lucía fue marcada con los estigmas de Cristo y sufrió tanto física como espiritualmente de parte de los miembros de su comunidad durante treinta y ocho años, pero Nuestra Señora con frecuencia la consoló y la fortaleció con visiones. Murió en 1544 y fue beatificada por el Papa Benedicto XIII.
🔺Un santuario de Nuestra Señora de Narni fue erigido en memoria de la Beata Lucía Brocadelli. Nuestra Madre celestial concedió muchos milagros después de la muerte de Lucía, lo que demuestra lo agradable que le era a Ella y a su Hijo Divino.
🔺La Beata Lucía de Narnia murió el 15 de noviembre de 1544. Cuatro años después de su muerte, el cuerpo de Lucía fue exhumado y se encontró que estaba incorrupto.
Fuente: devotiontoourlady.com
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