297. 🔹 La visión de la Santísima Trinidad [1/2]
#FatimaParaHoy 141
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👩🏽🙏🏽 Lucía era postulanta en el convento de las Hermanas Doroteas en Pontevedra, España, cuando recibió la aparición del Niño Jesús y de la Santísima Virgen María referente a los Cinco Primeros Sábados.
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🧖🏼♀️➡️💖🇷🇺 Fue mientras sor Lucía estaba en Tuy que nuestra Señora le dijo que había llegado el momento de que el Papa consagrara a Rusia a su Corazón Inmaculado, y renovó su promesa de convertir a Rusia por ese medio.
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👀🧖🏼♀️💒 Esta comunicación se dio durante una visión de la Santísima Trinidad en la capilla del convento.
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👩🏽📝 Esta es la descripción que hace sor Lucía de esa maravillosa visión:
“- Yo había pedido y obtenido permiso de mis superioras y mi confesor el padre Gonçalves para hacer una Hora Santa desde las once en punto hasta la medianoche, todas las noches de jueves a viernes. Estando a solas una noche, me arrodillé cerca de los comulgatorios en medio de la capilla y, postrada, recé las oraciones del Ángel. Me sentí cansada y entonces me puse de pie y continué diciendo las oraciones con los brazos en cruz. La única luz era la lámpara del sagrario. En eso la capilla entera quedó iluminada por una luz sobrenatural, y por encima del altar apareció una cruz de luz que llegaba hasta el cielorraso. En una luz más brillante sobre la parte superior de la cruz se podía ver el rostro de un hombre y su cuerpo hasta la cintura; sobre su pecho había una paloma de luz; clavado a la cruz estaba el cuerpo de otro hombre. Un poco más debajo de la cintura, pude ver un cáliz y una hostia grande suspendidos en el aire, hacia el cual caían gotas de sangre desde el rostro de Jesús Crucificado, y también desde la herida de su costado. Esas gotas corrían hacia la hostia y caían en el cáliz. Debajo del brazo derecho de la cruz estaba nuestra Señora, y tenía en la mano su Corazón Inmaculado. (Era nuestra Señora de Fátima, con su Corazón Inmaculado en la mano izquierda, sin espada ni rosas, pero con una corona de espinas y llamas.) Bajo el brazo izquierdo de la cruz, unas letras grandes, como de agua cristalina que bajaba sobre el altar, formaban estas palabras: “Gracia y Misericordia”. Entendí que se trataba del Misterio de la Santísima Trinidad lo que se me estaba mostrando, y sobre ese misterio recibí luces que no se me permite revelar”.
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Esta hermosa visión de la Santísima Trinidad nos da mucho para reflexionar.
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#fatimazoporlapaz
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