Después de la conquista mahometana, el cristianismo casi desapareció en lo que hoy llamamos Bélgica. Pero los franceses católicos levantaron un santuario a María en el ducado de Lovaina, la antigua estatua de Nuestra Señora de Sichem o conocida también como Nuestra Señora de Montaigú quien ha sido venerada en Bélgica desde tiempos muy antiguos. La Madre de Dios recompensó a los fieles por su piadosa atención.
Un pastor , según la historia, buscó la estatua de Nuestra Señora después de que hubiera caído de un nicho en un viejo roble, la estatua era demasiado pesada,así que buscó ayuda. Se dice que en 1306 la Virgen María movió los corazones del pueblo haciendo que cuatro gotas de sangre fluyeran de los ojos de la estatua dedicada a Ella. Esto revivió la fe del pueblo y aumentó su fervor. Una pequeña capilla fue construida bajo el árbol y su dedicación a Nuestra Señora de Sichem tuvo lugar en el año 1604. A partir de ese momento hubo muchos milagros de Nuestra Señora que demostraba su apreciación a la gente al otorgar muchos favores. La estatua fue venerada pronto como milagrosa y ha habido muchas peregrinaciones al sitio durante los siglos hasta nuestros días.
Referencia: Sitio Roman Catholic Saints.
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