30 ABRIL - SAN JOSÉ BENITO COTTOLENGO

🔷Cuando se dice "el Cottolengo" no se sabe si se indica al Santo o su obra, ya que hoy en día tanto el uno como la otra llevan idéntico nombre.

🔶La "PiccoIa Casa della Divina Providenza", que alberga ahora en Turín cerca de 10.000 hospitalizados, constituye el retrato más vivo del santo y el reflejo más genuino de su espíritu.

🔷Nacido en el norte de Italia el 4 de mayo de 1786, desde su infancia da claras muestras de su vocación. Efectivamente, un día es sorprendido mientras mide una de las habitaciones de su casa. Interrogado sobre lo que hacía, responde que quiere saber cuántas camas cabrían en aquella habitación para acoger enfermos pobres.

🔶Comenzados los estudios, le resultan difíciles. Se encomienda a Santo Tomás de Aquino, quien le obtiene inteligencia y memoria. (Luego dará el nombre de "Tomasinos" a los aspirantes al sacerdocio de la "Piccola Casa".)
De este modo puede terminar sus estudios. Llega al sacerdocio el 8 de junio de 1811, y también logra el doctorado en teología.

🔶En 1827, en una situación dolorosa pero providencial, da inicio a su obra: recoger toda clase de abandonados que no encuentren asilo en otra parte.
La característica de su santidad y de su obra es la confianza absoluta en la Divina Providencia. "Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura."

🔶Fue tan grande su ejercicio de fe que la convirtió en una certeza absoluta, indiscutible, superior a cualquier otra certeza humana. Solía decir: "Creo más en la Divina Providencia que en la existencia de la ciudad de Turín". El padre Fontana, oratoriano, solía decir: "Se encuentra más fe en el canónigo Cottolengo que en toda Turín".

🔷Faltaba lo necesario, y él pensaba en dilatar su obra lo más posible. "De todos modos —decía—, a la Providencia le da lo mismo mantener a 500 que a 5.000."
Ello era la consecuencia natural de su fe ciega en la Divina Providencia y de la doctrina que él profesaba y enseñaba a este respecto. "Estad seguros de que la Divina Providencia no falta nunca; faltarán las familias, los hombres, pero la Providencia no nos faltará. Por tanto, si alguna vez faltare algo, ello no puede ser debido sino a nuestra falta de confianza." "Es necesario confiar siempre en Dios; y, si Dios responde con su Divina Providencia a la confianza ordinaria, proveerá extraordinariamente a quien extraordinariamente confíe." ¡He aquí el secreto de los milagros de José Benito Cottolengo!

🔶¿Por qué os angustiáis por el mañana? Si pensáis en el mañana, la Providencia no pensará en ello porque ya habéis pensado vosotros. No estropeéis, por tanto, su obra y dejadle hacer." "Si en casa hay poco, dad lo poco que tengamos; porque si la Divina Providencia nos ha de enviar, es necesario que la casa esté vacía; de lo contrario, ¿dónde meteremos todo lo que nos mandará?" Esta se llama lógica sobrenatural, incomprensible para los prudentes según el mundo.

🔷Con la creación de medios e instituciones (panadería, carnicería, etc) y el transcurrir del tiempo, la fundación fue adquiriendo el carácter de “ciudad autónoma”, si bien seguía siendo sostenida por la Divina Providencia y por Nuestra Señora, como Cottolengo decía, por eso rechazaba las ayudas oficiales o rentas fijas. A veces las cuentas eran saldadas milagrosamente por una “bellísima señora”. Ante las tentaciones del demonio, decía: “No tengan miedo, Nuestra Señora está con nosotros, nos protege y defiende”.

🔶Y la Divina Providencia ha sido fiel a su cometido y nunca ha faltado el pan a esa inmensa familia que vive sólo de la pública caridad. En ella han encontrado acogida toda clase de desgraciados. Y ello porque en esta inmensa ciudad del dolor y de la serenidad resuena perpetuo el “Demos gracias”, perfumado por una perenne Adoración Eucarística.

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