357. πŸ”Ή El ataque contra la familia
#FatimaParaHoy 185

πŸ†šπŸ‘¨β€πŸ‘©β€πŸ‘§β€πŸ‘§ Otra causa de la cultura de la muerte, que fue fomentada por el comunismo, es el ataque contra la familia tradicional.

πŸ‘¨β€πŸ‘©β€πŸ‘§β€πŸ‘§β€οΈ La familia es el ΓΊnico lugar donde los dΓ©biles, ya sea porque son muy pequeΓ±os, muy enfermos o muy ancianos, reciben cuidado de parte de aquellos que estΓ‘n enlazados a ellos por el amor. La familia es la unidad bΓ‘sica de la sociedad. Si las familias son fuertes, la sociedad estarΓ‘ fuerte; si son dΓ©biles, entonces la sociedad serΓ‘ dΓ©bil.

πŸ‡¨πŸ‡³πŸ‘¨β€πŸ‘©β€πŸ‘§β€πŸ‘§πŸ†šπŸ—½Como se seΓ±alΓ³ antes, Karl Marx consideraba a la familia tradicional como un enemigo de la libertad y de la igualdad. La autoridad del marido sobre la esposa y la de padre y madre sobre los hijos crea desigualdades y se constituye en rival del poder absoluto del Estado sobre cada individuo. Esa nociΓ³n de que la familia tradicional era enemiga de la igualdad se extendiΓ³ a Europa y a los Estados Unidos, donde se les declarΓ³ la guerra a aquellas leyes que apoyaban el matrimonio tradicional. Poco a poco, los apoyos legales para el matrimonio se han ido eliminando. Primero se legalizΓ³ el divorcio; luego se les dieron a las parejas en uniΓ³n libre los beneficios legales que antes solo otorgaban a los matrimonios. Ahora presenciamos la campaΓ±a para otorgarles a las uniones del mismo sexo el mismo estatus legal que el matrimonio. Desde luego, cuando el matrimonio ya no se honra ni se comprende mΓ‘s como el ΓΊnico contexto apropiado para las relaciones sexuales, entonces la inmoralidad sexual tiene rienda suelta y debilita todavΓ­a mΓ‘s a la familia. AquΓ­ debemos recordar las palabras de nuestra SeΓ±ora a la pequeΓ±a Jacinta, de que se pierden mΓ‘s almas por los pecados de impureza que por cualesquiera otros.

πŸ™πŸ½πŸ₯΅βœοΈ Si queremos construir una cultura del amor y de la vida, entonces debemos poner en prΓ‘ctica el mensaje esencial de FΓ‘tima: debemos orar, hacer sacrificios por el bien de nuestras almas y de las de los demΓ‘s, y esforzarnos por crecer en la verdadera virtud cristiana.

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