En la peregrinación, ambientada en el ritmo navideño, todo fluye hacia Belén.

En el Ángelus del 20 de diciembre de 2009, el Papa Benedicto XVI recorre la historia de esta pequeña ciudad de Judea, testigo del gran acontecimiento del nacimiento de Jesús.

“Mil años antes de Cristo, en Belén había nacido el gran rey David, al que las Escrituras concuerdan en presentar como antepasado del Mesías.

El Evangelio de san Lucas narra que Jesús nació en Belén porque José, el esposo de María, siendo de la "casa de David", tuvo que dirigirse a esa aldea para el censo, y precisamente en esos días María dio a luz a Jesús (Lc 2, 1-7).

En efecto, la misma profecía de Miqueas prosigue aludiendo precisamente a un nacimiento misterioso: "Dios los abandonará -dice- hasta el tiempo en que la madre dé a luz. Entonces el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel" (Mi 5, 2).

Así pues, hay un designio divino que comprende y explica los tiempos y los lugares de la venida del Hijo de Dios al mundo.

Es un designio de paz, como anuncia también el profeta hablando del Mesías: "En pie pastoreará con la fuerza del Señor, por el nombre glorioso del Señor su Dios. Habitarán tranquilos porque se mostrará grande hasta los confines de la tierra. Él mismo será nuestra paz" (Mi 5, 3-4).

Precisamente este último aspecto de la profecía, el de la paz mesiánica, nos lleva naturalmente a subrayar que Belén es también una ciudad-símbolo de la paz, en Tierra Santa y en el mundo entero.

Por desgracia, en nuestros días, no se trata de una paz lograda y estable, sino una paz fatigosamente buscada y esperada.

Hoy, como en tiempos de Jesús, la Navidad no es un cuento para niños, sino la respuesta de Dios al drama de la humanidad que busca la paz verdadera.

"Él mismo será nuestra paz", dice el profeta refiriéndose al Mesías.

A nosotros nos toca abrir de par en par las puertas para acogerlo.

Aprendamos de María y José: pongámonos con fe al servicio del designio de Dios. Aunque no lo comprendamos plenamente, confiemos en su sabiduría y bondad.

Busquemos ante todo el reino de Dios, y la Providencia nos ayudará.”


1 Comment

Maria sanchez · 28 de diciembre de 2023 at 7:28 AM

la Navidad no es un cuento para niños, sino la respuesta de Dios al drama de la humanidad que busca la paz verdadera.

Que bonito y verdadero. Gracias

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