Una novedad de la Bula Jubilar 2025 consiste en presentar juntos el ANUNCIO de la ESPERANZA y los SIGNOS que la hacen CONCRETA y TANGIBLE, como ha señalado el Concilio Vaticano II:

«Es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de la época e interpretarlos a la luz del Evangelio». [CVII II, Gaudium et spes]

Por tanto, los SIGNOS de los TIEMPOS, que revelan la aspiración del corazón humano necesitado de salvación, deben TRANSFORMARSE en OBRAS que hagan viva y tangible la ESPERANZA:

  • La Paz para el mundo.
  • Apertura a la vida
  • Ser signos de esperanza para los hermanos que viven en penuria.
  • Los jóvenes
  • Las personas que han abandonado su país a causa de las guerras
  • Los ancianos
  • Los pobres
  • Los países más ricos del mundo
  • Unidad de los Cristianos

La esperanza, junto con la fe y la caridad, forman el tríptico de las “virtudes teologales”, que expresan la esencia de la vida cristiana.

Pablo nos invita a “alegrarnos en la esperanza, a ser pacientes en la tribulación y perseverantes en la oración” (Rm 12,12).

Sí, necesitamos que “sobreabunde la esperanza” (Rm 15,13) para testimoniar de manera creíble y atrayente la fe y el amor que llevamos en el corazón; para que la fe sea gozosa y la caridad entusiasta; para que cada uno sea capaz de dar aunque sea una sonrisa, un gesto de amistad, una mirada fraterna, una escucha sincera, un servicio gratuito, sabiendo que, en el Espíritu de Jesús, esto puede convertirse en una semilla fecunda de esperanza para quien lo recibe.

SPES NON CONFUNDIT

Dado en Roma, en San Juan de Letrán, el 9 de mayo, Solemnidad de la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo, del año 2024, duodécimo de Pontificado.

FRANCISCO


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