SACRIFICIO, ROSARIO, MODERACIÓN, PETICION

SACRIFICIO

A Dios le agradan las penitencias, incluso de los niños. La Virgen dijo: Dios está contento con sus sacrificios. Ya SABEMOS qué clase de sacrificios hacían los niños: no tomar agua cuando tenían sed, les daban su lunch a los niños pobres en vez de comerlo, y también se amarraban una cuerda a la cintura que no les era muy cómoda, pero les recodaba que debían hacer sacrificios para salvar almas. Aunque María les pidió que no la usaran durante la noche, los animó a que continuaran haciéndolos durante el día.

Es por esto que es necesario que comprendamos el valor del sacrificio, así como Jesús cargó su cruz y nos dijo: "si alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga "(Mt 16,24).

Muchas veces puede pasar que en el catecismo aprendamos el valor del sacrificio, pero luego en nuestra casa nos acostumbramos a muchas comodidades y así no hacemos fuerte nuestra voluntad.

Jesús nos pide cargar la cruz y quien tiene voluntad débil, no tendrá la fuerza para seguirlo pues la única manera de hacer fuerte la voluntad es con el sacrificio: haciendo lo que no queremos hacer, pero que es bueno para nosotros, o dejando de hacer lo que nos agrada mucho, pero no es bueno ni conveniente.

María es una Madre dulce y tierna, pero aun así condujo a los niños de Fátima por el camino difícil del sacrificio. Pidámosle que también a nosotros nos ayude a formar nuestra voluntad por medio del sacrificio, para que podamos elegir siempre los bienes más altos, que son los que cuestan más esfuerzo, pero que nos llevan al Cielo. ROSARIO: El rezo del Rosario, decir las Aves Marías con unas cuentas de madera unidas por un hilo y rematadas por una cruz, tiene más poder que el poder de las armas y de las bombas que los hombres fabrican para matarse entre sí. El Rosario es más poderoso que las armas, porque por el Rosario nos unimos la Virgen, y a través de Ella y de su Inmaculado Corazón, a Dios, que es la Paz y el Amor en sí mismos, y la Paz y el Amor de Dios, que vienen por el rezo del Rosario, son inimaginablemente más potentes que el poder de las armas fabricadas por los hombres.

ROSARIO

Uno podría pensar que quizá es demasiado pedir a niños pequeños rezar el Rosario todos los días, pero eso es precisamente lo que hizo la Santísima Virgen María cuando se apareció a tres pastorcitos en Fátima. Cuando empezaron sus apariciones el 13 de mayo de 1917, Lucia tenía 10 años, Francisco 8 años, y Jacinta solo 7 años y no se pasaban todo el día en la Iglesia.

Cada día, día tras día el Rosario puede ser parte de nuestras actividades en familia. Nuestra vida, poco a poco será más feliz, más iluminada por el Espíritu Santo. Podemos comenzar poco a poco, uno dos o tres Aves Marías en cada misterio, hasta que en un poco de tiempo podamos llegar a las 10. Tengamos la seguridad de la asistencia de la Virgen María para poder lograrlo.

MODERACIÓN

Recordemos que uno de los sacrificios de los niños era el de la cuerda que cada uno de ellos llevaba atada a la cintura. Era uno de los más dolorosos que ofrecían por la conversión de los pecadores.

La Virgen les pide que de noche no usaran la cuerda para poder dormir bien y ellos obedecieron. Ella se ocupa del descanso de los niños, los cuales todavía no tienen a nadie que les oriente en las penitencias que hacen, como preguntarle a sus papas, a un sacerdote, alguna religiosa o buena maestra de catecismo a quien preguntarle si el sacrificio que uno quiere hacer es bueno o no. Muchas veces podríamos exagerar en algún sacrificio que podría dañar nuestra salud, por ejemplo, y eso no es lo que Dios quiere de nosotros.

PETICIÓN

Lucia le pide la curación de algunos enfermos. La Virgen le dice curará a algunos a otros no, todo depende de la Voluntad de Dios, que siempre nos da lo mejor para nosotros. Si a alguno le ayudará curarse para ir al Cielo, entonces lo curará, pero si no le sirve, no lo hará. Podría pasar que algunos, recibiendo el milagro de la curación, sintiéndose con buena salud, no la aprovechen para el bien, y por eso no reciben el don de la curación; a otros, puede ser que por la enfermedad alcancen el Cielo y a otras personas también, y por eso no reciben la curación.

Muchas veces nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, lo que nos es bueno, hacemos mal a veces la oración de petición, la hacemos con exigencias, como queriendo obligar a Dios... así la oración de petición no es buena. Se debe hacer con humildad. Pidiendo a Dios con nuestro corazón los dones que Él quiere darnos. Dios responde siempre a nuestras peticiones, aunque no siempre según el tiempo y manera que deseábamos.page56image18009856