En la vida de la familia de Nazaret también está presente la cruz. Jesús es signo de contradicción y a María una espada le traspasará el alma. Con esta profecía, Simeón le anuncia los futuros padecimientos a que se verá sujeta por ser Madre del Redentor.
También Ella, íntimamente unida a la Persona y a la Obra de Cristo, está llamada a colaborar con la redención al género humano mediante su entrega generosa. Su Hijo de una manera física, por la muerte en la cruz, Ella, en su corazón, por su muerte mística.
¡Qué consolador para una familia cristiana saber que Jesús, María y José han sufrido también como ellos y más que ellos!
También en esas situaciones de dificultad, de enfermedad, de persecución por sus convicciones y conducta cristiana, de incomprensión por parte de los mismos familiares, lo decisivo es saber que «la gracia de Dios les acompaña» y que esos sufrimientos, llevados con amor, pueden convertirse en canal de gracia y salvación para ellos mismos y sus seres queridos.
Que la Familia de Nazaret bendiga de manera especial a todas las familias del mundo y proteja la integridad de la misma, que ahora, más que nunca, está siendo tan duramente atacada.
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Graciela Brítez · 19 de febrero de 2025 at 5:48 AM
Sagrada Familia de Nasaret, ayúdanos a imitarte