🔸Nació en Montepulciano, (Italia) en 1268 y fue una de las figuras más brillantes de la Orden de Santo Domingo.

🔹A los 9 años obtuvo que sus padres (que eran de una de las principales familias de la ciudad) la dejaran irse a vivir a un convento de religiosas. Allí su seriedad y su comportamiento tan inteligente le atrajeron de tal manera la confianza de las superioras que cuando apenas tenía catorce años la encargaron ya de la portería del convento y de recibir las visitas.

🔸Vivió una vida austera, durmiendo en el suelo con una piedra por almohada y ayunando a pan y agua.

🔹Inés se pudo observar en ocasiones al estar absorta en oración, suspendida casi dos metros sobre el suelo, o ver crecer violetas, lirios o rosas a través de las piedras donde Inés acababa de orar .

🔸Hay muchos milagros registrados atribuidos a Santa Inés de Montepulciano. 
Con frecuencia se multiplicaron panes para los necesitados.
Se dice que los inválidos y los afectados por diferentes enfermedades mentales eran curados sólo por haber sido llevados a su presencia.

🔹Se sabe que experimentó varias visiones durante su vida. En la noche de la Fiesta de la Asunción, la Santísima Virgen colocó al Niño Jesús en sus brazos. Alentó a Inés para continuar sufriendo por el amor de Cristo – ella había estado enferma prácticamente toda su vida. 
La Madre de Dios se fue dejando a Santa Inés una pequeña cruz para consolarla y fortalecerla. Esta pequeña cruz todavía se muestra con gran solemnidad a los peregrinos, especialmente durante el mes de mayo. 
María asimismo se dignó dar a Inés una visión del sufrimiento de Cristo, que duró tres días.

🔹Para consolar a Inés, la Virgen María se le apareció también en la fiesta de la Purificación, mientras ella estaba en la Santa Misa la Virgen María le dijo que esta era la hora que había tomado el Niño Jesús para ofrecerlo en el Templo. Nuestra Señora le sonrió dulcemente, y le dio a Inés su bebé para sostener y acariciar.

🔸Santa Inés también era conocida por haber recibido la Santa Comunión de un ángel.

🔹Santa Catalina de Siena que fue a Montepulciano a visitar el cadáver de Santa Inés, el cual después de 30 años, se encontraba incorrupto, profesaba una gran veneración a esta santa y en una carta que escribió a las religiosas de esa comunidad les dice: «Les recomiendo que sigan las enseñanzas de la hermana Inés y traten de imitar su santa vida, porque dio verdaderos ejemplos de caridad y humildad. Ella tenía en su corazón un gran fuego de caridad, regalado por el mismo Dios, y este fuego le producía un inmenso deseo de salvar almas y de santificarse por conseguir la salvación de muchos”.

🔸Santa Inés de Montepulciano fue solemnemente canonizada por el Papa Benedicto XIII en 1726.

Fuente: aciprensa y puntadasmarianas.blogspot

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