LA NAVIDAD y FÁTIMA - reflexiones (6/6)

5º El Corazón de María, depositario de esta salvación de Dios

Queda ya sólo presentar el último rasgo de semejanza.

El Corazón de María es el guardián, el depositario y el garante de esta salvación que Dios ha querido otorgarnos por medio de Ella, primero en Belén, y ahora en Fátima.

El Evangelio nos dice expresamente, en el misterio de la Navidad, que después de enterarse la Santísima Virgen de las maravillas que los pastores le contaban, «guardaba y meditaba todas estas cosas en su Corazón».

De este Corazón inmaculado recibió la Iglesia todas las confidencias que el Evangelio nos entrega sobre este episodio tan importante de la Encarnación y Nacimiento del Hijo de Dios.

Ese Corazón fue el fiel depositario del don del Salvador, y de todo lo que se refiere a la salvación que El vino a traernos.

❤️ No nos tiene que extrañar, por lo tanto, que si en Fátima la Virgen viene a ofrecer de nuevo, de parte de Dios, la salvación a tantos pobres pecadores y a todas las sociedades cristianas, amenazadas de graves castigos y de ruinas, sea su Corazón inmaculado el garante de esa salvación y de la paz que el cielo quiere otorgar a los hombres.

Fátima es la revelación del Corazón Inmaculado de María como condición de la salvación de los hombres y de las sociedades; de ese Corazón santísimo e inmaculado que el cielo ofrece como último remedio a la Iglesia y, por ella, a la humanidad.

El que en Belén se manifestó como el Corazón de la Madre de Dios, se muestra ahora en Fátima como el Corazón de la Madre de todos nosotros, y de tantas pobres almas expuestas a una condenación eterna.

✳️ Que estas reflexiones nos ayuden a recibir al Salvador en nuestras vidas, y el camino sea Maria... adecuándonos al modo de actuar de Dios: Quien nos dió al Salvador por medio de Su propia Madre.

❤️ Ave Maria!


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