¡Familia sé lo que eres!
En el designio de Dios la familia descubre no solo su identidad lo que es, sino también su misión, lo que puede y debe hacer, la familia recibe la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor.
El amor, principio y fuerza de la comunión.
El principio interior, la fuerza permanente ES el amor, así como sin el amor la familia no puede vivir, crecer y perfeccionarse como comunidad de personas, el hombre no puede vivir sin amor.
Unidad indivisible de la comunión conyugal.
La comunión primera es la que se instaura y se desarrolla entre los cónyuges; en virtud del pacto del amor conyugal el hombre y la mujer no son ya dos, sino una sola carne y están llamados a crecer continuamente en su comunión.
Una comunión indisoluble.
Se caracteriza no sólo por su unidad, sino también por su indisolubilidad: El don del sacramento es al mismo tiempo vocación y mandamiento para los esposos cristianos, que permanezcan fieles entre sí, por encima de toda prueba y dificultad, lo que Dios ha unido no lo separe el hombre.
La más amplia comunión de la familia.
Se va edificando la más amplía comunión de la familia, de los padres y de los hijos, de los hermanos y de hermanos entre sí, de los parientes y demás familiares, esta comunión radica en los vínculos naturales de la carne y de la sangre.
Mujer y sociedad.
Sí se debe reconocer también a las mujeres, como a los hombres, el derecho de acceder a las diversas funciones públicas , los esposos y madres no sean de hecho obligadas a trabajar fuera de casa y que sus familias puedan vivir y prosperar dignamente.
Ofensas a la dignidad de la mujer.
Desgraciadamente consideramos al ser humano no como persona , si no como cosa , como objeto de compraventa , al servicio del interés egoísta y del solo placer; en lo cual produce frutos muy amargos , como el desprecio del hombre y de la mujer, la opresión de las débiles, la pornografía, la prostitución, y todas las discriminaciones.
Los ancianos en familia.
Hay culturas que veneran y tienen un gran amor por los ancianos le los de ser apartado de la familia o de ser separado como un peso inútil.
Cooperadores del amor de dios creador.
El cometido fundamental de la familia es el servicio a la vida. La fecundidad es el fruto y el signo del amor conyugal, el testimonio vivo de la entrega plena y recíproca de los esposos.
La Iglesia en favor de la vida.
Algunos se preguntan si es un bien vivir o si sería mejor no haber nacido, dudan de si seria mejor no haber nacido; dudan de sí es lícito llamar a otros a la vida. La Iglesia cree firmemente que la vida humana, aunque débil y enferma es siempre un don espléndido del Dios de la bondad. Contra el pesimismo y el egoísmo, que ofuscan el mundo, la Iglesia está en favor de la vida: la Iglesia condena como ofensa grave a la dignidad humana y a la justicia, todas aquellas actividades de los gobiernos, autoridades públicas que tratan de limitar la libertad de los esposos en la decisión sobre los hijos. Hay que rechazar cualquier violencia o tales autoridades en favor del anticoncepcionismo, esterilización y aborto provocado.
Para que el Plan Divino sea realizado cada vez mas plenamente.
La Iglesia consciente de los múltiples y complejos problemas que hay en muchos países y afectan a los esposos en su cometido de transmitir responsablemente la vida.
La Iglesia Maestra y Madre para los esposos en dificultad.
En el campo de la moral conyugal la Iglesia es y actúa como Maestra y Madre. Como Maestra, no se cansa de proclamar la norma moral que debe guiar la transmisión responsable de la vida. Como Madre, la iglesia se hace cercana a muchas parejas de esposos que se encuentran en dificultad sobre esté importante punto de la vida moral.
Itinerario moral de los esposos.
Este camino exige reflexión, información, educación idónea de los sacerdotes, religiosas y laicos que están dedicadas a la pastoral familiar, todas ellas podrán ayudar a los esposos en su itinerario humano y espiritual.
El derecho deber educativo de los padres.
La tarea educativa tiene sus raíces en la vocación primordial. Los esposos, asumen la obligación de ayudarle eficazmente a vivir tina vida plenamente humana como lo dice el Vaticano II, los padres han dado la vida a los hijos, tiene la obligación de educar a la prole, hay que reconocer como los principales educadores de sus hijos, pero cuando falta difícilmente puede suplirse.
La primera experiencia de Iglesia.
El Sínodo ha presentado la misión educativa de la familia cristiana como un verdadero ministerio, la educación los padres mediante el testimonio de su vida, los primeros mensajeros del Evangelio lo ante los hijos. Es más rezando con los hijos, dedicándose con ellos a la lectura de la palabra de Dios e introduciéndolos en la intimidad del cuerpo eucarístico y eclesial de Cristo mediante la iniciación cristiana, que se prepare un catecismo para las familias.
Familiaris Consortio de San Juan Pablo II - 22 de noviembre 1981.
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