PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Biblioteca del Palacio Apostólico
Miércoles, 9 de diciembre de 2020
Catequesis 18. La oración de súplica
Resumen leído por el Santo Padre en español
Queridos hermanos y hermanas:
La oración cristiana es plenamente humana porque abraza la alabanza y la súplica. Encontramos esta realidad en la oración que Jesús nos enseñó, el “Padrenuestro”, modelo de toda oración. Nos dirigimos a Dios como hijos y con confianza filial le presentamos todas nuestras necesidades. Le suplicamos los dones más sublimes, empezando por la santificación de su nombre y la venida de su reino, y también los dones más sencillos, como el pan de cada día, que incluye salud, casa, comida, necesarios para nuestra vida corporal, y también la Eucaristía, alimento para nuestra vida espiritual.
Pedir, suplicar es algo muy humano, ya que como creaturas no somos autónomos, sino que dependemos de la bondad del Señor. Prueba de ello es la precariedad de nuestra condición humana, marcada por la enfermedad, por las injusticias, la soledad y el sufrimiento. Cuando parece que todo está perdido, sentimos la necesidad de rezar a Dios. La oración ilumina la oscuridad interior que nos angustia y nos abre a la esperanza.
Nosotros, seres humanos, compartimos esta “invocación de ayuda al Señor” con toda la creación, que lleva impreso el anhelo de Dios y ansía alcanzar su realización. Y nuestro consuelo es la seguridad de que Él escucha siempre nuestras súplicas y responde a nuestros ruegos como Padre amoroso.
Hoy conmemoramos a san Juan Diego, a quien Nuestra Señora de Guadalupe escogió como su enviado. Que a través de su intercesión presente a la Virgen los países de América Latina, damnificados por la pandemia y los desastres naturales, para que ella, como Madre, salga al encuentro de sus hijos y los cubra con su manto. Pidamos además al Señor que infunda en nosotros su Espíritu Santo para que vivifique nuestra oración y transforme nuestro corazón, abriéndolo al servicio de la caridad.
Que el Señor los bendiga a todos.
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