🔹 REFLEXIÓN https://youtu.be/TvldChkYg9U

🔷 La manera cómo el Ángel, no solamente se arrodilló, sino también tocaba el suelo con su frente, es para nosotros una indicación, de cómo deberíamos rezar con toda reverencia, para que nuestra oración no sea solamente una oración de los labios.

🔷 El Ángel decía a los niños: «¡Recen así!”.

🔷 Estas palabras: ¡Recen así! repiten literalmente las palabras de Jesús a sus apóstoles cuando les enseñó a rezar el Padre nuestro (Mt 6,9).

⚠️ Algunas personas fácilmente se dejan desanimar en la oración, y es bueno que recordar que:

❤️ «Los corazones de Jesús y María están atentos a la voz de su súplica», pues todo bien nos viene a través de la oración.
🔷 Después desapareció el Ángel y dejó a los niños solos por unos meses, para ver, si permanecieron fieles a la gracia recibida y a su propósito.

🔷 Sin hablar con nadie, excepto entre ellos mismos, sin otras visitas consoladoras del Ángel los niños fueron fieles a su propósito.

Lucía notó:

➡️ «Las palabras del Ángel se marcaron tan profundamente en nuestros corazones, que jamás se nos han olvidados. A partir de este momento recitamos muchas veces y largamente la oración, postrados sobre la tierra, como lo habíamos visto con el Ángel y repetíamos sus palabras,
hasta que nos sentíamos exhaustos.»

❤️ Con esto ejercieron una generosidad heroica.

(Memorias de la hermana Lucía, ed. portuguesa, Vice-Postulaçao, Fátima 1987)
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#somosfatimazoporlapaz

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