Septiembre, mes que en la Iglesia dedicamos a la Biblia – Día 25
Compuesto hacia el año 95- no sigue el mismo esquema que los tres Evangelios anteriores y supone una reflexión mucho más desarrollada sobre el misterio de la persona y la misión de Jesucristo.
Este Evangelio comienza remontándose al origen divino del Señor, a quien presenta como la Palabra de Dios que existía eternamente y «se hizo carne» en el tiempo.
La primera parte (caps. 1-12) gira alrededor de «siete» signos -los milagros- que dejan traslucir aquel misterio, a través de los discursos explicativos que los acompañan.
La segunda parte (caps. 13-21) nos pone ante la «hora» de Jesús, a la que El mismo hizo varias veces referencia a lo largo de su actividad pública, la «hora» en que debía manifestarse su «gloria» por medio de la muerte.
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