Agosto dedicado al Inmaculado Corazón de María – Día 20
En la aparición del 13 de julio de 1917, nuestra Señora mostró el infierno a los niños, manifestó el deseo divino de establecer la devoción a su Inmaculado Corazón para la salvación de las almas, hizo referencia a las dos guerras mundiales, habló de la prueba y persecución en la Iglesia y le confió el tercer secreto.
“Para impedir eso, -dijo la Virgen- vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora de los primeros sábados. Si atienden mis deseos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones de la Iglesia: los buenos serán martirizados; el Santo Padre tendrá que sufrir mucho; varias naciones serán aniquiladas. Al final, mi Inmaculado Corazón triunfara.”
El hecho es que, realmente esta consagración de Rusia no se hizo tal y como la Virgen pidió, aunque algunos Papas hicieron consagraciones al Inmaculado Corazón.
La consecuencia es que Rusia extendió sus errores al mundo entero.
Entendamos aquí lo que Rusia es y representa.
Rusia, con las revoluciones de 1917, es la puesta en práctica del comunismo, doctrina social, política y económica del ateísmo práctico, cuyo dogma fundamental es “Dios-no-existe”. Así, nuestra sociedad actual moderna está establecida sobre este principio. Dios no solamente es ignorado, sino que incluso es combatido. Las leyes de los países modernos no son sólo anticristianas, sino que incluso van en contra de la misma ley natural.
“Al fin, mi Inmaculado Corazón triunfará.” Son las palabras de la Virgen después de confiarles el tercer secreto a los niños de Fátima: sufrimientos y calamidades en el mundo, turbación y confusión en la Iglesia, sufrimiento y persecución del Papa y de los cristianos… pero al fin, mi Inmaculado Corazón triunfará.
A la luz de la revelación, hemos de comprender que este triunfo del Inmaculado Corazón de María vendrá mediante su reinado en las almas sencillas, “en medio del silencio”.
Aquellos que sepan acoger a María como Madre y se consagren a su Inmaculado Corazón formarán el ejército de almas de las que Ella se servirá para extender su reinado y preparar la venida definitiva de su Hijo.
Sintiéndonos dichosos por haber sido escogidos entre ellos, “amémosla y hagámosla amar” – como decía San Padre Pío.
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¡Inmaculado Corazón de María,
te consagramos nuestro día,
pues para poder seguir a Jesús necesitamos tu amparo y tu guía!
- Meditaciones tomadas del libro: MES DE AGOSTO EN HONOR AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA”. IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA. [Toledo, el 26 de julio dde 2022. Fiesta de Santa Ana, madre de la Santísima Virgen.]
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