Agosto dedicado al Inmaculado Corazón de María – Día 25

Publicado por Equipo Fatimazo Por la Paz el

 

La segunda blasfemia es la de aquellos que rechazan el dogma de la Virginidad perpetua de la Virgen.

La Iglesia ha confesado siempre la virginidad perpetua de Nuestra Señora, pues el Verbo fue concebido en su seno únicamente por el poder del Espíritu Santo, afirmando también el aspecto corporal de este suceso antes, en y después del parto.

La concepción virginal es el signo de que es verdaderamente el Hijo de Dios. La concepción virginal es una obra divina que sobrepasa toda comprensión y toda posibilidad humana.

Nuestra Señora es a la vez Virgen y Madre, siendo así imagen y la más perfecta realización de la Iglesia.

Han sido muchos los que se han opuesto a lo largo de la historia a la virginidad de Nuestra Señora: no creyentes, judíos y paganos, como también pseudocristianos como los protestantes y modernistas. Su falta de fe y sus dudas en la virginidad de María tienen su raíz en que no conocen verdaderamente a Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.

Los católicos hemos profesado tal fe a la Virginidad de María, que para referirnos a Ella utilizamos la expresión la Virgen, la Santísima Virgen. Tristemente, también los blasfemos utilizan este apelativo para insultarla y proferir sus palabras soeces.

Reparar las blasfemias contra la Virginidad de María, incluye también reparar el gran pecado de soberbia del hombre que se cree dueño absoluto de su propia vida.

Por eso, entendemos también que, dentro de estas blasfemias, están los pecados contra la vida, ya en su concepción con el aborto, ya en su final, con la eutanasia.

Reparar las blasfemias contra este dogma de la Virgen implica también todos los pecados de la carne en los que se incluyen, no solo, pero también los pecados de impureza.

Hoy día idolatramos el cuerpo por un lado prenda de exhibición, faltando al pudor y a la castidad; y por otro lo maltratamos entregándolo a prácticas dañinas de drogas u otras sustancias, olvidando que somos templos del Espíritu Santo.

Al reparar el Corazón Inmaculado por las blasfemias contra su Virginidad Perpetua reparamos también los pecados de aquellos que piensan que es imposible vivir en gracia, desconfiando así del poder de Dios, desistiendo de la lucha contra el pecado y abandonándose a sus más bajas pasiones.

***

¡Inmaculado Corazón de María,
te consagramos nuestro día,

pues para poder seguir a Jesús,
necesitamos tu amparo y tu guía!

  • Meditaciones tomadas del libro: MES DE AGOSTO EN HONOR AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA”. IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA. [Toledo, el 26 de julio dde 2022. Fiesta de Santa Ana, madre de la Santísima Virgen.]

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