CENTENARIO DE LA ÚLTIMA APARICIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA
“EL MILAGRO DEL SOL”
13 – OCTUBRE – 2017
Autor: P. Saúl Abraham Che Chi.

Con la memoria agradecida llegamos al final del centenario de las apariciones de nuestra Amada Señora, la Virgen de Fátima. Hace 100 años se tuvo el evento extraordinario del Sol que nos traslada al libro del Apocalipsis, “apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza” (Ap. 12, 1). En la batalla final desciende la “dama de luz” para animar este combate contra el enemigo de Dios, el pecado; y con ello purificar nuestra vida y recuperar el fervor mariano.
LA BATALLA CAMPAL ES CONTRA EL PECADO
La presencia de María en la vida del cristiano es para animar la batalla diaria contra el pecado. La luz maternal de María que resplandecía en las visiones de los pastorcitos, los alejaba del terror y la zozobra; por eso fue posible mirar el infierno y no quedar consumados ante tal imagen. La luz protectora de María, es la gracia de Cristo. Permanecemos en la luz maternal de María si hay un trato continuo con el Señor también si hay la vivencia ardiente de la caridad.
1) TRATAR A DIOS. La indicación insistente de María, en Fátima fue: “recen el rosario”. El rosario nos asegura la victoria porque el misterio de Cristo entra en nuestra lucha diaria. Pero hemos de estar convencidos del efecto del mismo, para no permanecer en la tibieza sino ser prontos para sujetar el rosario de la vida cotidiana en donde inmerso en el deber y la obligación se responde al Dios que asiste cada minuto de nuestra pobre existencia. No lo olvidemos: Tratemos a Dios en cada delicadez del día.

2) VIVIR LA CARIDAD. La vida trasfigurada por Cristo enciende la vida de otros, así mismo solo mi perseverancia motivará la perseverancia del hermano cercano. Miremos como tres pastorcitos indefensos pudieron reunir, con su testimonio fiel, a más de cien mil personas en aquel evento prodigioso del Sol. Queda claro que la postura cristiana interpela a todos e invita a no permanecer en la indefinición sino asumir su papel trasformador de la realidad.

PURIFICAR LA DEVOCIÓN MARIANA
El fruto final de este tiempo valioso del centenario nos ha de llevar a recuperar la piedad mariana, salvándola del sentimentalismo y la moda. Y nos preguntamos: ¿qué tipo de devoto soy? Les propongo reflexionar sobre tres propuestas.
1) LOS DEVOTOS COMPLICADOS. Se trata de aquellos que, en el fondo, no tienen fe. Y esto en cuanto a dos extremos: o por no creer en nada o por creer en todo, hasta en lo que no debían. En el primer caso, el devoto es CRÍTICO y mira con excesiva desconfianza para lo que se refiere a apariciones, milagros, señales claras de la acción de Dios en nuestras vidas, etc. En el otro extremo, los que llevados por vana curiosidad, por un cierto «misticismo» ingenuo, aceptan sin pensar toda nueva aparición que por ahí se divulgue. Estos, por exceso de credulidad, prestan un gran deservicio a la verdadera fe y a lo que la Iglesia piensa y cree acerca de María.
2) LOS DEVOTOS ESCRUPULOSOS o esclavos. Estos viven bajo el «remordimiento» que induce a dejar de honrar a la Virgen, por miedo a rebajar a Cristo. Sin embargo, así como la Luna no quita la gloria del Sol, sin cuya luz ella misma brillaba en el cielo, de la misma manera la devoción a la Virgen en nada disminuye a Jesús; antes, por el contrario, estar a los pies de María es reconocer y venerar lo que en ella hay de Dios, de quien recibe toda su hermosura, todos sus privilegios, todo el cúmulo de gracias y virtudes que hacen de ella el más luminoso de los astros en el cielo de la Iglesia. Por eso se puede decir, con seguridad, que toda honra a María se dirige, en última instancia, a Jesús.
3) LOS DEVOTOS DEL EXTERIOR. En palabras de Jesús, sería los “sepulcros blanqueados”. El devoto exterior, como el nombre mismo ya indica, es el que está apegado a los signos visibles y a las prácticas externas de la devoción. Escapularios, medallas, cadenas, recitación mecánica de un sinfin de fórmulas de oración, etc. Por este camino se reduce la devoción a la Virgen, descuidan alimentar la devoción interna que brota del corazón y, por ser verdadera, nos lleva a amar de hecho a la Virgen Santísima. El devoto exterior se detiene en el medio y no llega al fin. Así dice la Palabra de Dios de aquellos: “Vienen a mí con sólo palabras y me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí» ( Is 29, 13). ¿QUÉ TIPO DE DEVOTO SOY?
Finalmente: Retomemos con María nuestra lucha contra el pecado, tratando a Dios en medio del deber para descubrir el llamado de ser una opción que señala el camino al cielo a los demás. También vivamos bajo la auténtica devoción a María, ni devotos complicados ni escrupulosos ni “sepulcros blanqueados” simplemente devotos hijos amados. Que la belleza de la “dama de luz” embellezca nuestra existencia con la santidad.

P. Saúl Abraham Che Chi
Vicario de la parroquia María Inmaculada

Categories: Fatimazo

9 Comments

Maria · 27 de octubre de 2017 at 9:23 PM

Hola, muy interesante el articulo, muchas gracias, lo visitare de nuevo, ya que me gusto mucho su blog, besos.

Estefania · 27 de octubre de 2017 at 9:22 PM

Hola, muy interesante el articulo, muchas gracias, lo visitare de nuevo, ya que me gusto mucho su blog, besos.

Dulce · 27 de octubre de 2017 at 8:53 PM

Genial eres estupendo, sin duda los recomendare 🙂

Estefania · 27 de octubre de 2017 at 8:53 PM

Que tal? me gusto su blog creo que volvere de nuevo, ya que quede encantada, saludos desde Colombia.

Dulce · 27 de octubre de 2017 at 8:49 PM

Hola, muy interesante el articulo, muchas gracias, lo visitare de nuevo, ya que me gusto mucho su blog, besos.

Martha · 27 de octubre de 2017 at 8:48 PM

Eres el mejor, me encanto!

Martha · 27 de octubre de 2017 at 8:44 PM

Hola, muy interesante el articulo, muchas gracias, lo visitare de nuevo, ya que me gusto mucho su blog, besos.

Virgencita · 27 de octubre de 2017 at 8:33 PM

Genial eres estupendo, sin duda los recomendare 🙂

Dulce · 27 de octubre de 2017 at 7:52 PM

Que tal? me gusto su blog creo que volvere de nuevo, ya que quede encantada, saludos desde Colombia.

Responder a VirgencitaCancelar respuesta