El nombre de Jesús fue dado al Santo Niño por orden de Dios (Lucas 1:31).
El Santo Nombre es todopoderoso por la Persona que lo lleva; lo honramos por el mandato de Cristo de que debemos orar en Su Nombre y porque nos recuerda todas las bendiciones que recibimos a través de nuestro Santo Redentor.
Por eso San Pablo pudo escribir a los filipenses:
"... en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra" (Fil. 2:10).
Por medio de esta devoción también reparamos el uso indebido del Santo Nombre.
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Himno en Honor al Santo Nombre de Jesús
En el siglo XI, san Bernardo de Claraval escribió una de las poesías más hermosas de toda la historia del cristianismo: el “Iubilus de nomine Iesu”.
Dulce es el recuerdo de Jesús,
que trae la alegría verdadera al corazón;
pero su presencia es más dulce que la miel
y que todas las cosas.
Nada más dulce puede cantarse,
nada más agradable de escuchar,
nada más delicioso en qué pensar
que Jesús, el Hijo de Dios.
¡Jesús, esperanza de los que se convierten,
qué bueno eres con los que te suplican!,
¡Qué bueno con los que te buscan!,
¿Qué serás para los que te encuentran?
Ni la lengua puede decirlo,
ni la escritura expresarlo;
solo quien lo ha experimentado
sabe lo que es amar a Jesús.
Jesús, sé nuestra alegría,
tú que eres nuestra futura recompensa.
Que nuestra gloria sea estar contigo
por toda la eternidad. Amén.
Breviario Romano
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