Julio dedicado a la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo – Día 15
El bienaventurado Enrique Surone, dominico, se hallaba estudiando en Colonia y convino con un religioso de su orden en que, a la muerte de uno de los dos, el que sobreviviese celebraría, no habiendo inconveniente, por el alma del difunto el lunes la Misa de Difuntos y el viernes la de la Pasión.
El Santo, habiendo sobrevivido a su amigo y sabida su muerte, aplicó por él muchas oraciones y otras obras de piedad; pero no celebró las Misas.
Un día, el difunto se le apareció echándole en cara la falta de su promesa cuyo olvido le retenía aún en el Purgatorio.
Enrique que jamás había dejado de encomendarle al Señor; mas el difunto le replicó: “Sangre, Sangre es lo que yo pido, ¿dónde están las Misas que me prometiste y que nos son tan preciosas?”.
Entonces el bienaventurado confesó su olvido, y habiendo celebrado las Misas prometidas libró del Purgatorio a su amigo.
JACULATORIA
Eterno Padre, os ofrezco la Sangre de Jesucristo en rescate de mis pecados y por las necesidades de la Iglesia.
1 Comentarios
María Eugenia · 15 de julio de 2025 at 12:44 PM
gracias por hacernos pensar en Dios y en el sacrificio de Jesús todos los días aunque sea un momento dentro de nuestro trabajo y obligaciones de Estado Dios los bendiga siempre