Julio dedicado a la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo – Día 19

Entre los innumerables ejemplos que podrían citarse de los gloriosos mártires que han derramado su sangre por la fe animados por la Preciosa Sangre de Jesucristo, he escogido los gloriosos príncipes de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, el primero crucificado en el Janículo y el segundo decapitado en Aqua Salvia.

Estos Santos, después de haber soportado, a ejemplo de Jesucristo, oprobios, desprecios, golpes, cárceles y cadenas, fueron martirizados y dieron voluntariamente su sangre por Aquel que tanta había vertido por sus almas, confirmaron con su propia sangre las verdades que habían creído y practicado, y nos dejaron un grande y brillante modelo de la facilidad con que se debe derramar su sangre por sostener la fe.

JACULATORIA

Eterno Padre, os ofrezco la Sangre de Jesucristo en rescate de mis pecados y por las necesidades de la Iglesia.