Julio dedicado a la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo – Día 22
Santa Lutgarda oyó una noche una voz que la decía:
« ¿Por qué pierdes el tiempo, perezosa? Levántate, que este es el tiempo de hacer penitencia por los pecadores que duermen en las inmundicias de sus vicios.»
Aterrada la Santa, se fue a la iglesia, y sobre el suelo encontró a Jesús crucificado, cuya sangre corría por todas partes, reducido por los pecadores a tan doloroso estado.
Abrazó entonces la cruz, la tomó sobre sí, y aplicó sus labios a la llaga del costado; en el momento sacó de ella un licor tan delicioso, que desde entonces sintió nacer en sí un valor todo nuevo para el servicio de Dios y la práctica de las santas virtudes.
Se supo más tarde que, desde esa ocasión, conservó la santa en sus labios una dulzura más suave que la de la miel.
JACULATORIA
Eterno Padre, os ofrezco la Sangre de Jesucristo en rescate de mis pecados y por las necesidades de la Iglesia.
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