Julio dedicado a la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo – Día 30

Se lee en la vida del gran patriarca Santo Domingo que vio a la Santísima Virgen esparcir la Sangre de su divino Hijo sobre el pueblo reunido para escuchar los discursos de su fiel siervo.
Refiérese, también, que, pesando un día las obras de uno de sus siervos y viendo bajarse el platillo en que estaban sus numerosos crímenes, la bienaventurada Virgen María puso una gota de Sangre del Redentor en el otro, y esto bastó para que al instante pesase muchísimo más que el de los pecados que ya inclinaban la balanza hacia lo profundo del infierno.
Y lo que ha obrado repetidas veces la Madre de Dios en beneficio de sus siervos ¿no deberemos esperar que lo renueve en favor de aquellos que recurran devotamente a ella?
JACULATORIA
Eterno Padre, os ofrezco la Sangre de Jesucristo en rescate de mis pecados y por las necesidades de la Iglesia.
0 Comentarios