LA GRAN PROMESA
LA GRAN PROMESA DEL CORAZÓN DE MARÍA
EN LA APARICIÓN DE PONTEVEDRA
En Pontevedra, la Virgen María vino a cumplir la promesa hecha en Fátima,
el día 13 de Julio de 1917, de pedir la Comunión Reparadora de los Primeros Sábados de mes.
Antes de hablar sobre la Aparición de Pontevedra, es indispensable recordar primero la aparición de Nuestra Señora a Lucia, Francisco y Jacinta el 13 de Julio de 1917 en la Cova de Iria.
Es en esa aparición cuando la Virgen les promete que vendrá a pedir la Devocion der los Primeros Sábados de mes.
Así nos lo recuerda Lucia:
"En Octubre diré quién soy y lo que quiero; y haré un milagro para que todos crean. Sacrificaos por los pecadores, y decid muchas veces, especialmente siempre que hiciereis algún sacrificio:
´Oh Jesús, es por vuestro amor, por la conversión de los pecadores, y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María.’"
Al decir estas últimas palabras, abrió de nuevo las manos, como en los meses pasados. El reflejo parecía penetrar en la tierra; y vimos como un mar de fuego:
Sumergidos en este fuego los demonios y las almas, como si fuesen brasas transparentes y negras o bronceadas, con forma humana, que fluctuaban en el incendio, llevadas por las llamas que de las mismas salían, juntamente con nubes de humo. Caían hacia todas partes, semejantes al caer de las pavesas en los grandes incendios, sin peso ni equilibrio; entre gritos y gemidos de dolor y desesperación, que horrorizaban y hacían estremecer de pavor. Debe haber sido a la vista de esto que yo di aquel ‘Ay’, que dicen haberme oído. Los demonios distinguíanse por sus formas horribles y asquerosas de animales espantosos y desconocidos, pero transparentes como negros carbones en brasa.
Asustados, y como para pedir socorro, levantamos la vista hacia Nuestra Señora, quien nos dijo entre bondad y tristeza:
´Habéis visto el infierno, a donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Corazón Inmaculado. Si hicieren lo que os digo, se salvarán muchas almas, y tendrán paz.
La guerra (de 1914-1918) va a terminar. Pero, si no dejan de ofender a Dios, en el Pontificado de Pío XI [1857-1939] comenzará otra peor. Cuando veáis una noche alumbrada por una luz desconocida, sabed que es la señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes por medio de la guerra, el hambre y las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre. PARA IMPEDIRLO VENDRÉ A PEDIR LA CONSAGRACIÓN DE RUSIA A MI CORAZON INMACULADO Y LA COMUNIÓN REPARADORA DE LOS PRIMEROS SÁBADOS.
Si atendieren a mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz. Si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados; el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas.
Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá; y será concedido al mundo algún tiempo de paz. En Portugal se conservará siempre la Doctrina de la Fe,… Esto no lo digáis a nadie. A Francisco sí que se lo podéis decir.´
De ese precioso texto pongamos toda nuestra atención en la promesa de la Virgen: “Vendré a pedir... la Comunión Reparadora de los Primeros Sábados.”
Pues bien: la Virgen cumple esa promesa el día 10 de Diciembre de 1925, apareciéndose a Lucia, humilde postulante Dorotea, en su celdita de Pontevedra.
La misma Hermana Lucia, con una sencillez encantadora, nos narra (siempre escribiendo en tercera persona) los hechos maravillosos; en el primer párrafo introductorio referente a la fecha 17 de diciembre de 1927, explica Lucia cómo recibió permiso del Cielo para revelar parte del secreto.
J. M. J.
[Para Sor Lucia, escribir ´J. M. J.´ era decir: “Jesús, María y José, que
lo que voy a escribir sea para gloria vuestra y para el bien de las almas.”]
En el día 17 de Diciembre de 1927 fui junto al Sagrario a preguntar a Jesús de qué modo satisfaría la petición que se le había hecho, ya que el origen de la Devoción al Corazón Inmaculado estaba incluida en el secreto que la Santísima Virgen le había confiado.
Con voz clara, Jesús le hizo oír estas palabras:
— Escribe, hija mía, lo que te piden; y todo lo que la Santísima Virgen te reveló en la Aparición en que habló de esta Devoción, escríbelo también.
En cuanto al resto del secreto, el silencio continúa.
Pues bien, lo que en 1917 fue confiado a este respecto es lo siguiente:
Ella (Lucia, continua narrando en tercera persona) pidió que los llevara al Cielo. La Virgen respondió:
— Sí; a Jacinta y a Francisco los llevo pronto; pero tú, Lucia, te quedas aquí por algún tiempo. Jesús quiere servirse de ti para hacerme conocer y amar. Él quiere establecer en el mundo la Devoción a mi Corazón Inmaculado. A quien la abrazare, prometo la salvación; y esas almas (devotas del Corazón Inmaculado) serán queridas por Dios, como flores puestas por mí para adornar su. Trono... PARA IMPEDIRLO VENDRÉ A PEDIR LA CONSAGRACIÓN DE RUSIA A MI CORAZON INMACULADO Y LA COMUNIÓN REPARADORA DE LOS PRIMEROS SÁBADOS.
— ¿Y me quedo solita?, dije con tristeza.
— No, hija. Yo nunca te dejaré: mi Corazón Inmaculado será tu refugio y el camino que te conducirá hasta Dios.
[HASTA AQUÍ LA DESCRIPCIÓN QUE HACE LUCIA DE
LA APARICIÓN DEL 13 DE JULIO DE 1917
EN COVA DE IRIA]
Día 10 de Diciembre de 1925.
La Santísima Virgen se le apareció, y al lado, como suspendido en una nube luminosa, un niño.

La Santísima Virgen la ponía la mano en el hombro, y mostraba al mismo tiempo un Corazón que tenía en la otra mano, cercado de espinas. En ese momento, dijo el niño:
— Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre que está cubierto de espinas, que los hombres ingratos le clavan sin cesar; sin que haya nadie que haga un acto de reparación para arrancárselas.

Inmediatamente dijo la Santísima Virgen:
— Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme; y di que:
A TODOS LOS QUE, DURANTE 5 MESES EN EL PRIMER SABADO, SE CONFIESEN, RECIBAN LA SAGRADA COMUNION,
RECEN EL ROSARIO, ME HAGAN 15 MINUTOS DE COMPAÑIA, MEDITANDO EN LOS 15 MISTERIOS DEL ROSARIO,
CON EL FIN DE DESAGRAVIARME,
LES PROMETO ASISTIR EN LA HORA DE LA MUERTE CON TODAS LAS GRACIAS NECESARIAS PARA SU SALVACION.
Sor Lucia, naturalmente, dio cuenta de esta Aparición a su Confesor de entonces, el santo y venerable don Lino García. También se abrió a su Superiora, Madre Magalhaes.
Estos comenzaron inmediatamente a practicar la Devoción recomendada. Y Madre Magalhaes llegó hasta comunicarlo, pocos días después, al señor Obispo de Leiria. Sin embargo, las dificultades comenzaron.
Así las cosas, el Cielo interviene por segunda vez el 15 de Febrero de 1926. Si la primera vez, la Virgen y el Niño Jesús se habían aparecido a Lucia en su habitación, la segunda vez se le aparece sólo el Niño Jesús, junto al portón del jardín, en un momento en que Lucia se disponía a realizar una de sus labores domésticas.
El día 15 de Febrero de 1926 se le apareció de nuevo el Niño Jesús. [Él] Le preguntó si ya había propagado la Devoción a su Santísima Madre.
Ella le expuso las dificultades que tenía el Confesor. Que la Madre Superiora estaba dispuesta a propagarla; pero que el Confesor había dicho que ella sola nada podía. Jesús respondió:

— Es verdad que tu Superiora sola nada puede; pero con mi Gracia puede todo.
[Lucia] Presentó a Jesús la dificultad que tenían algunas almas en confesarse en el Sábado; y pidió que fuera válida la Confesión dentro de los ocho días. Jesús respondió:
— Sí; y hasta puede ser de muchos días más; con tal de que [las almas], cuando me reciban, estén en Gracia, y tengan la intención de desagraviar al Corazón Inmaculado de María.
Ella preguntó:
— Mi Jesús, ¿y las [almas] que se olvidaren de formar esa intención?
Jesús respondió:
— Pueden formarla en otra confesión siguiente, aprovechando la primera ocasión que tengan para confesarse.
Meses después sor Lucía sería trasladada a Tuy, localidad gallega fronteriza con Portugal, donde más adelante tendría una nueva aparición, en este caso de la Santísima Trinidad y también de la Virgen pero en esta ocasión con su Corazón Inmaculado de María. Una vez más le recordó a la religiosa la importancia de reparar su Inmaculado Corazón a través de los cinco primeros sábados de mes.
Ya en 1948 sor Lucía volvería a Portugal e ingresaría en un convento carmelita de Coimbra,lugar en el que murió en 2005 a los 97 años.
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