Más de 100 años del mensaje de Nuestra Madre en Fátima
Sin duda, uno de los hechos más significativos en el ámbito de los milagros avalados por la Iglesia católica, se remonta al 13 de mayo de 1917.
Dios eligió, para manifestarse al mundo, a tres pastorcitos para transmitir al mundo un importante mensaje.
Y éste les fue confiado por Aquella que es «Reina del Cielo y de la tierra:
María Santísima. Ella personalmente les muestra el camino a recorrer.
Las apariciones marianas son importantes, porque nos ayudan a descubrir mejor la voluntad de Dios, a amar a Dios y a vivir, en los varios momentos de la historia, la vida cristiana con coherencia, cumpliendo los mandamientos.
En Fátima, un lugar tranquilo y denso en recuerdos, la Madre de Dios revela al mundo una de las profecías más graves de la Historia. Palabras venidas del Cielo, cargadas de advertencias, pero también de misericordia y de esperanza.
Transcurría la primavera de 1917. La Primera Guerra Mundial, la grande y sangrienta guerra de las naciones, hacía más de tres años que extendía sus campos de batalla por casi toda Europa.
La fe católica era muy fuerte en Portugal, y la Virgen María era una figura muy venerada, pero el país estaba pasando por una crisis política y social, con una gran inestabilidad y conflictos religiosos. Casi no había familia que no tuviera a algún hijo o sobrino batallando en las trincheras de un país lejano en una guerra que casi nadie comprendía.
Fue en este contexto tan difícil, que se dieron estas apariciones.
El 13 de mayo de 1917, Lucia, Francisco y Jacinta vieron a la Virgen María que les dijo, entre otras cosas, que regresaría durante los próximos seis meses todos los días 13 a la misma hora.
Hoy, en este tiempo, hagamos lo mismo que hicieron los pastorcitos. Cada mes escuchemos el mensaje que nos dejó la Santísima Virgen desde 1917, para responder a sus peticiones.
Fatimazo por La Paz.
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