NOVIEMBRE DEDICADO A LAS ALMAS DEL PURGATORIO DÍA 14

Publicado por Equipo Fatimazo Por la Paz el

Es este mundo un reino en el cual tiene cabida no menos la bondad que la justicia, y donde si alguna vez se hace sentir el azote de la ira divina, campean mucho más los rasgos generosos de la amable misericordia.

Mas en el otro mundo no será así.

Serán divididas y separadas las regiones de la bondad y de la justicia, y la primera triunfará completamente en el Cielo, y la segunda hará sufrir los más terribles suplicios en el infierno.

Y en el Purgatorio, ¿cuál de los dos divinos atributos reinará, la bondad o la justicia?

Siendo el Purgatorio una habitación del abismo, reina en él igualmente aquel atributo que hace tan espantoso el infierno; la inflexible Justicia divina.

¡Oh, cuánto debe también temerse el Purgatorio!

La santidad, la justicia, el amor mismo de Dios hacen inexorable su brazo en castigar a las almas del Purgatorio.

La santidad, porque siendo esta esencialmente contraria a toda imperfección y defecto, no puede absolutamente permitir que entre en la gloria ningún alma manchada.

La justicia, porque debiéndose resarcir todo derecho ultrajado de la Divinidad, no puede menos de castigar a aquellas almas hasta que haya exigido de ellas por completo su deuda.

El amor porque deseándolas muy semejantes a Sí mismo, las purifica en las penas hasta que se hagan una copia de la suprema Bondad.

¡Oh misterio de rigor verdaderamente divino!

Procuremos al menos nosotros satisfacer en la presente vida lo que de nosotros exigen los tres divinos atributos, para que no experimentemos, como aquellas infelices que penan, un inflexible rigor en el Purgatorio.

De aquí es que a pesar de ser Dios rico en piedad y en misericordia, y de amar entrañablemente a aquellas almas, no puede sin embargo en su presente providencia conceder la mas leve remisión ni de los defectos ni de las penas de sus esposas en el Purgatorio, sino que debe sacar enteramente la gloria de su santo nombre aun de aquellas mismas penas, que no por un placer cruel de verlas padecer, sino por el purísimo fin de hacerlas dignas de Sí, les aplica la divina Justicia con una fuerza sin igual.

Pues exigiéndose no tanto la pena cuanto la perfección de aquellas almas y no siendo ellas capaces de obtenerlas por faltarles la libertad, que es la fuente de todo mérito en esta vida, conviene que sea compensada y suplida por lo terrible del suplicio, que solo la omnipotencia y la justicia de un Dios pueden decretar con proporcionada medida.

Deduzcamos por tanto qué intensidad de penas domina en el Purgatorio, capaces de superar casi el rigor del mismo infierno.

ORACIÓN

Justo sois, oh Señor, y ejercitáis la más severa Justicia en el Purgatorio.

Esta es la ley que os habéis impuesto a Vos mismo; pero jamás os impusisteis la ley de excluir intercesores y medianeros por las almas detenidas en aquella cárcel terrible, antes bien os agrada la mediación de los hombres, la deseáis, la aceptáis, y nosotros nos presentamos delante de Vos como intercesores y medianeros de aquellas almas desoladas.

Escuchad, ¡oh gran Dios!, nuestras súplicas, aceptad nuestras obiationes.

Nosotros os pedimos que concedáis a aquellas desconsoladas hijas de Sión la libertad tan suspirada, y os ofrecemos por su rescate todo el mérito de este santo ejercicio, todas las obras de piedad que se practican por los fieles en todo el universo. Sea vuestro rigor satisfecho con tanto bien y la gracia que os pedimos corone las plegarias de la tierra y los ardientes deseos del Cielo.


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