NOVIEMBRE DEDICADO A LAS ALMAS DEL PURGATORIO DÍA 21

Publicado por Equipo Fatimazo Por la Paz el

Si, como dice san Lucas, grandemente se festeja en el cielo la conversión de un alma pecadora, la cual puede de nuevo extraviarse en el camino de la salud eterna, ¿cuál será el júbilo de los comprensores al introducirse en aquella patria celestial, sin peligro ya de perderse, almas atribuladas que no podían penetrar en aquella mansion sino por medio de una expiación rigurosísima?

Esto, responde David, acrecienta inmensamente la alegría y la gloria del cielo: y aquella Iglesia feliz de Santos no hará otra cosa más que exaltar las limosnas de la tierra, que aumentando el número de los bienaventurados, aumenta de paso su felicidad y su gozo.

Una mirada, pues, ¡oh cristianos! al cielo, que se regocija con nuestros sufragios, y luego, si es que podemos, dejemos de hacerlos en abundancia.

A cada hombre de cuantos vienen al mundo fue destinado en su nacimiento un ángel que le guardase y guiase.

Durante esta vida, todo fiel piadoso se elige algunos Santos para sus especiales protectores y abogados, y entre estos y aquellos se entabla una confianza tan íntima y un amor tan decidido, que cuanto más devocion y obsequio profesa el hombre en vida hacia los ángeles y los Santos, tanto más se emplean estos en procurar su salvación eterna.

Imaginemos, pues, cuál será el gozo especial y el inefable trasporte de los ángeles de la guarda y de los Santos protectores y abogados al ver cómo van llegando del báratro profundo del Purgatorio, para ser felices eternamente en su compañía, los devotos clientes tan deseados y aguardados por ellos.

Bendecirán para siempre las misericordias del Señor, que se dignó secundar sus intenciones, y harán resonar las bóvedas de aquella mansión feliz con las alabanzas de los fieles que por medio de sus sufragios pusieron el colmo a la felicidad de sus protegidos.

¿Quién, pues, no querrá ser tan glorificado en el cielo?

Pero quien rebosará de placer sobre otro cualquiera por la glorificación de las almas del Purgatorio, será aquella en quien están fijas las miradas del universo, es decir, María Santísima, la cual, como Reina escogida, como Madre de todos los hombres, y en particular como Madre de las almas que están penando en el Purgatorio, convidará a su Hijo, convidará a su Esposo, convidará a los coros de los ángeles y de los Santos a que se congratulen y regocijen con ella, viendo, finalmente, arribar a su felicísimo reino, a su seno materno, sus fieles vasallos y las amadas prendas de su tierno cariño.

¡Dichosos nosotros si podemos proporcionar a María un placer tan sublime!

Hagamos la prueba, y esforcémonos lo posible para conseguir felizmente tan noble empeño.

ORACIÓN

Al ver, ¡oh Señor!, cómo toda la corte celestial se regocija por el rescate de las almas del Purgatorio, nuestra devoción hacia ellas se despierta y enardece deseosa de aumentar la gloria del cielo.

Pero ¿cuánto mas se alegrarian los ángeles, los Santos, María Santísima y las almas mismas sacadas de la dura prisión, si pudieran vernos en su compañía para alabaros y bendeciros para siempre?

Sea, pues, así para placer suyo y nuestro; sea esta la merced de la piedad que usamos; sea esta la corona con que os digneis remunerar nuestra devoción, ¡oh soberano Hacedor y glorificador de los ángeles y de los hombres!, porque obtenida esta merced y esta corona, habremos obtenido lo más grande que pueda desearse sobre la tierra, lo más bello que puede obtenerse en el cielo.


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