Abril dedicado a la Sagrada Eucaristía
Dedicar el mes de abril a la Sagrada Eucaristía nos permite centrar nuestra mente y corazon en el profundo misterio de la Eucaristía: la presencia real de Jesucristo, cuerpo, sangre, alma y divinidad.
Dios comunica la gracia a los fieles a través de todos los sacramentos de la Iglesia, pero la Sagrada Eucaristía comunica al Autor de la Gracia, Él mismo.
El Papa Benedicto XVI nos dice en su Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis:
«En la Eucaristía, Jesús no nos da una cosa, sino a sí mismo; ofrece su propio cuerpo y derrama su propia sangre. Nos da así la totalidad de su vida y nos revela el origen último de este amor. Él es el Hijo eterno, dado a nosotros por el Padre».
La devoción de abril ofrece un momento de reflexión, gratitud y celebración solemne de la Sagrada Eucaristía.
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