Septiembre, mes que en la Iglesia dedicamos a la Biblia – Día 16

El género profético es uno de los géneros literarios más característicos de la Biblia.

Se trata de mensajes de Dios, dirigidos en su nombre al pueblo de Israel por medio de mensajeros, los profetas, para denunciar, corregir, motivar a la conversión, y anunciar castigos o salvación como prediciendo los planes de Dios en respuesta a las decisiones humanas.

Incluyen oráculos de juicio y de salvación proclamados por los profetas de viva voz, relatos biográficos, denuncias, anuncios, avisos, amenazas, visiones, confesiones, acciones simbólicas…

Los profetas bíblicos utilizan la fórmula “Así dice el Señor”, demostrando que su mensaje viene de Dios, y que es la presentación con autoridad del deseo y las palabras de Dios.

Los profetas que conocemos y a los que se les atribuyen sus libros no escribieron casi nada; esa es una labor de sus discípulos, y la mayoría de los libros proféticos son colecciones de fragmentos individuales, reunidos en antologías.

Aunque mucho de lo que los profetas bíblicos declaran es de naturaleza predictiva, la mayoría no lo es.

Por eso, la profecía tiene un aspecto de predicción del futuro, pero es incorrecto definir la profecía con una mera predicción del futuro.

Podemos decir con certeza que los profetas no son adivinos, sino hombres de Dios que leen teológicamente el pasado y anuncian las consecuencias lógicas para el futuro.

La temática de la literatura profética se puede resumir en tres grandes temas: pecado, juicio, y restauración, que se van presentando gradualmente.