La diócesis italiana de Turín tiene como patrona a Nuestra Señora de la Consolación o Consolata. 
En las letanías del Rosario, la Iglesia invoca a María como consuelo de los afligidos, porque es particularmente atenta a los hijos que sufren. El nombre de Consolación hace pensar en cercanía al afligido, fortaleza ante el dolor, compañía en la soledad. María, elevada al cielo, “brilla ante el pueblo de Dios como signo de esperanza y consolación”.
Se dice que la imagen de Nuestra Señora de la Consolata, traída a Turín desde Palestina en el 354 por San Máximo, fue pintada por San Lucas. San Máximo ubicó la imagen en una capilla dedicada a San Andrés, Apóstol, por lo que muy pronto la población comenzó a venerar la imagen llamando a la Virgen con el título de Consoladora, cuya expresión popular es Consolata.

Tiempo después, la pintura de María se extravía, siendo encontrada por un ciego a quien Nuestra Señora le regresa la vista y le indica dónde se hallaba el cuadro, es por este milagro de la Virgen, que se celebra cada 20 de junio la fiesta de la Consolata en Turín. Posteriormente el rey Adruino erige una nueva capilla para la Virgen en agradecimiento a una curación milagrosa.

Hay diferentes festividades para la Virgen de la Consolación o Consuelo también llamada Madonna de Confort. En Roma, su icono se encuentra en la Basílica de Francesca Romana. Se celebra el 21 de Enero.


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