30.

«¡No temas!» fueron las primeras palabras del ángel.

No tengan miedo debe entenderse como la respuesta espontánea que se tiene ante la presencia de la Divina Majestad porque todos los santos ángeles llevan la presencia de Dios (cfr. Ex. 23,21).

“El miedo – afirma el Papa Francisco – es una actitud que nos hace daño. Nos debilita, nos empequeñece. También nos paraliza; un cristiano miedoso es una persona que no ha entendido el mensaje de Jesús”.

No debemos temer ni ante el presente ni ante el futuro. Si Dios está con nosotros y nosotros con Él aunque tiemblen el cielo y la tierra, estaremos protegidos. Incluso cuando no entendamos bien lo que está pasando.

San Antonio Abad menciona que al momento inicial, la presencia de un santo ángel nos puede llevar a sentir cierto temor, pero éste pasa rápidamente a ser un sentimiento indescriptible de alegría, confianza, fortaleza y una resolución de amar a Dios.

Esta es la luz divina de la gracia que los santos ángeles transmiten.

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