Un soldado, Dionisio, se quedó en Sicilia, seducido por el dinero, se dedicó al bandidaje. Se escondió en una cueva en Aci junto con los objetos que robaba.

Un hombre que viajaba a Aci, sabiendo del peligro que corría su vida, se encomendó a la Santísima Virgen María. Dionisio lo asaltó violentamente y de repente, la tierra se estremeció y una luz cegadora apareció. Del interior de la luz, se escuchó la voz de una mujer:“Dionisio, Dionisio, no toques a mi devoto”.

El brazo del asesino se congeló al momento. Se escuchó de nuevo la voz: “Baja el arma y deja esta vida de bandidaje”. Al oír esto, Dionisio vio en un instante pasar ante sus ojos toda la maldad que había hecho en su vida. Lanzó lejos su cuchillo, reconoció con humildad sus errores y pidió perdón a los pies de su víctima.

Dionisio se retiró a su cueva para llorar por sus pecados. Viendo su sinceridad, la Santísima Virgen se le apareció para consolarlo, le instó a confiar en la bondad y misericordia de Dios y acudir a la confesión.También le pidió que construyera una iglesia en la colina de Valverde con la riqueza que había robado. A pesar de que comenzó a trabajar de inmediato el progreso pronto se detuvo debido a la falta de agua.

Dionisio oró a la Virgen María, Ella apareció y ordenó golpear en la roca a la entrada de la cueva de los bandidos. De inmediato brotó un hilo de agua que formó un riachuelo para continuar la obra, y que también demostró ser milagroso, ya que se convirtió en una fuente de curación para muchos enfermos que bebieron allí. El trabajo que inició en 1038 se terminó solo dos años más tarde.

❤️ Hagamos conocer y amar a la Virgen María.


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