9 JUNIO - San Efrén Sirio

Nació en Nisibe (Iraq), hacia el año 306 aproximadamente, en una familia pagana que lo abandona por hacerse cristiano, el afirma de sí mismo que de joven no le daba mucha importancia a la religión, pero cuando le llegaron las pruebas y los sufrimientos, entonces así se dio cuenta de que necesitaba de Dios.

A los 18 años recibió el bautismo en Siria y vivió del propio trabajo, en Edesa, como empleado en un baño público, luego se va a Cesarea, donde fue nombrado diácono y después a Edesa, donde se retiró a unas cuevas como ermitaño.

Tenía una gran capacidad y sensibilidad para la poesía y dedico muchos poemas a la Virgen María (20 himnos). Por ello fue llamado “el cantor de la Virgen Inmaculada” y “el arpa del Espíritu Santo”. Se dirigía a María con expresiones de tierna devoción: “más resplandeciente que el sol, conciliadora del cielo y de la tierra, paz, alegría y salud del mundo, corona de las vírgenes, toda pura, inmaculada, incorrupta, beatísima, inviolada, venerable, honorable...”.

A él le debemos en gran parte la introducción de los cánticos sagrados e himnos en las ceremonias católicas. Con un sueño se le anuncia que sus obras (sus himnos y cantos) se iban a extender por muchas regiones, llevando alegría.

Ordenado diácono en fecha indeterminada, seguiría siéndolo todo el resto de su vida, rechazando por humildad el ser elevado al sacerdocio.

Después de la toma de Nisibis por los persas, en 363, Efrén se retiró definitivamente a Edesa, donde fundó una escuela de exégesis que gracias a él llegó a tener una gran celebridad. Sus últimos diez años los pasó en una actividad intelectual intensa. Allí murió en 373.

Sus restos fueron envueltos en el sudario tejido por las mismas manos de Santa Brígida. Los obispos y clérigos y la gente de fé de todas partes se aglomeraron alrededor de sus restos para rendirle honores al Padre de su Fé. Algunas de las antiguas crónicas registran que por varios días la luz del cielo brillaba alrededor de su lecho de descanso. Benedicto XV lo declaró doctor de la Iglesia en 1920.

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