Motta de Livenza es una comunidad de la provincia de Treviso, Italia.


A lo largo de la carretera que va de Motta a Oderzo, había un capitel, con la imagen de María con el Niño en sus brazos.

Giovanni Cigana de Motta, un simple campesino, generalmente se detenía ante esta imagen de la Virgen a rezar el Santo Rosario.

La mañana del 9 de marzo de 1510, Giovanni se detuvo en el capitel para recitar algunos Padrenuestros, Avemarías y Gloria, (en un total de 7) para implorar la intercesión de Nuestra Señora. Cuando se levanta para continuar, mira a la derecha, en un campo sembrado con trigo, y vio sentada en el suelo delante, a una niña con las manos cruzadas sobre las rodillas y la cabeza inclinada hacia la izquierda. Después se da cuenta esta niña es la Virgen María.

Es indescriptible la emoción y la confusión del pobre hombre que cayó de rodillas, mientras que la aparición se pone de pie y habla con él, dejándole tres órdenes:
– Durante tres sábados consecutivos, ayuno con su familia;
– Durante nueve días consecutivos invitar a vecinos a unirse a su ayuno, por la misericordia y el perdón de Dios;
– Que hable en SU nombre y señale que es SU deseo que en ese lugar se erija una iglesia de madera en su honor, que más tarde se transformará en un templo de piedra.

La aparición de la Virgen María llena de emoción el corazón de Cigana, y con humildad, exclama:
– “Mi señora, nadie va a creer “.
Pero la aparición asegura:
– “Esta tarde voy a dar en el sol un signo extraordinario, que sirva para autenticar sus palabras”.

Al volver a casa, Cigana anuncia a la familia y conocidos la visión que tuvo, las peticiones de la Virgen, y sobre todo la señal prometida que confirma la aparición.

Al atardecer de ese día, 9 de marzo de 1510, el sol después de estar casi cubierto por nubes durante una hora, aparece de un rojo vívido que parece salir de un baño de sangre.

La devoción a la Virgen, en el corazón de Cigana, explota y difunde a todos sobre la visión que tuvo. Pero sobre todo de las demandas de la Virgen de ayuno en tres sábados consecutivos, para obtener el perdón de los pecados y la misericordia de Dios, y de la construcción de la pequeña iglesia.

El entusiasmo crece más allá de toda medida, las gracias se multiplican y en pocos días se construye la pequeña iglesia de madera.

Interviene la autoridad eclesiástica y establece un proceso canónico regular; el original del acta se encuentra en la Biblioteca Comunal de Treviso.

Hay numerosos testimonios realizados por las personas sobre los hechos y de la obtención de gracias por la intercesión de la Virgen.

La creciente concurrencia de fieles y su ardiente devoción a Nuestra Señora, de inmediato convence a las autoridades civiles para construir un templo digno de la Gran Madre de Dios. Son llamados a animar el santuario los Franciscanos Observantes.

En el santuario todo invita a la oración. La cripta que es el corazón del santuario es el lugar donde se apareció la Virgen y donde los peregrinos de todos lados veneran la antigua imagen de la Virgen y el Niño, coronada en 1859 por el Papa Pío IX.

❤️ Hagamos conocer y amar a la Virgen María.


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