🔷 El PURGATORIO es el estado al que van las almas, que, aún muriendo en gracia de Dios, no han llegado en su vida a purificar el daño que han ocasionado con sus pecados.

🔷 Pero… ¿No se supone que se nos perdonan todos los pecados en la confesión?.

➡️ Con la confesión quedan perdonados nuestros pecados y quedamos libres del castigo eterno que nos merecíamos. Pero la confesión NO REPARA el daño que hemos ocasionado. Ése, debemos repararlo nosotros con nuestras buenas obras o con nuestro sacrificio.

🔺 Entenderlo es tan fácil como pensar que rompimos un vidrio de la casa del vecino. Corremos a su casa y le pedimos perdón. Nuestro vecino nos perdona de todo corazón y seguimos siendo tan amigos como antes. Pero… ¡el vidrio sigue igual de roto!

🔺 Los que aún estamos vivos, podemos REPARAR el daño que hemos ocasionado con los grandes medios que nos ofrece la Santa Madre Iglesia como los sacramentos, la oración diaria a Dios, las obras de misericordia, la predicación de la Palabra de Dios, las indulgencias plenarias, la vida de caridad y de santidad.

🔺 El otro modo, que es la forma menos recomendable para reparar la pena temporal, es pasar por el PURGATORIO.

➡️ Allí se va para una purificación en profundidad, una limpieza que cuesta grandes pesares y malestares, pero necesaria para nuestra buena salud.

🔺 El PURGATORIO, por tanto, existe y es más que un lugar, es un estado de purificación, con un fuego que nos arrancará nuestros errores de raíz y los disolverá en su fuego, con el dolor de los que se sanan de una herida.

⚠️ NO ES PARA NADA IGUAL QUE EL INFIERNO, pues en el Infierno reinan el odio y la desesperación eterna y en el Purgatorio reinan el amor y la esperanza, la firme convicción de la salvación eterna.

Todo allí será sufrir pero sólo PARA LOGRAR AMAR verdaderamente al Señor que nos esperará con los brazos abiertos en su eterno Convite Celestial.

❤️ Ave María!
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https://youtu.be/E3x-6YJ3AEw

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