AMOR A MARÍA

María es la madre querida a quien Gema amaba con todo su corazón y que se le aparecía frecuentemente para consolarla y darle fortaleza ante el sufrimiento.

Dice ella:
“Al perder a mi madre, me entregué por completo a la Madre del cielo. Y ¡qué bien se ha portado siempre conmigo esta mamá celestial! ¿Qué hubiera sido de mí sin ella?”

En su Diario escribe:
“Mi queridísima Madre María Santísima Dolorosa ha querido hacerme una breve visita (no me acordaba que era sábado, el sábado es cuando acostumbra a dejarse ver por mí). Estaba muy afligida. Me parecía que lloraba. La llamé muchas veces con el dulce nombre de madre. No me respondía, pero cuando oía decir “Mamá” sonreía. Se lo repetí muchas veces, todas las que pude. Y ella siempre sonreía. Por fin, me dijo: “Gema, ¿quieres venir a reposar un poco en mi seno?”. Intenté levantarme, arrodillarme y acercarme a Ella. Ella también se levantó, me besó en la frente y desapareció”

Otro sábado en que de nuevo se le apareció, dice:
“Ella me miraba muy fijamente, sonreía y se acercó para acariciarme... Estaba junto a mi cama tan bella que no me cansaba de contemplarla. Mientras hablábamos, Ella me tenía cogida de la mano”

Otro día dice:
“Me encontré con la Madre Dolorosa. ¡Qué momentos tan felices! ¡Qué gusto da pronunciar el nombre de mamá! ¡Qué dulzura sintió mi corazón en aquellos instantes! Soy incapaz de explicarlo. Me pareció, tras unos momentos de emoción, que me tomó en su regazo y me hizo descansar la cabeza en su hombro, manteniéndome así durante un rato. Mi corazón en aquel momento rebosaba dicha y felicidad. De vez en cuando me preguntaba:
- ¿Me amas sólo a mí?
- Oh, no, antes que a ti amo a otra persona.
- ¿Quién es?, preguntaba, aparentando no saberlo.
- Es una persona muy querida para mí por encima de todo. La amo tanto
que daría la vida en este mismo instante por Él.
- Pero dime ¿quién es?
- Si hubieras venido el otro día lo hubieras visto conmigo. Él viene raramente a verme. Yo, sin embargo, lo visito todos los días.
- Y ¿quién es?
- No, no te lo digo. Si vieses, mamá mía, se parece a ti por la hermosura.Sus cabellos tienen el color de los tuyos.
- Y acariciándome me dijo:
- Hija mía, ¿de quién estás hablando?
- ¿No me entiendes? ¡Hablo de Jesús! ¡De Jesús!
- Me miró sonriendo y me estrechó fuertemente. Y me dijo:
-Ámalo a Él solamente, ámalo mucho.

El 15 de agosto de 1900 María Santísima le dio una gracia extraordinaria que algunos llaman rapto místico. Se le apareció y le dijo:
- Hija, cuando vuelva al cielo ahora por la mañana, llevaré conmigo tu corazón. “En aquel momento, sentí como que se me acercaba... Me lo quitó, lo tomó en sus manos y me dijo: -No temas por nada, sé buena, yo tendré tu corazón siempre allá arriba conmigo, siempre en estas mis manos. Me bendijo de prisa y, al irse, pronunció aún estas palabras:
-Me has dado el corazón, pero Jesús quiere aún otra cosa
-¿Qué cosa?, le dije.
-Tu voluntad, respondió
Y desapareció.

El gran día de la impresión de las llagas (8 de junio de 1899) se le apareció la Virgen con su ángel custodio.
María le dijo:
-”Hija en nombre de Jesús, te sean perdonados todos tus pecados.
Luego añadió:
-“Mí hijo Jesús te ama mucho y quiere hacerte una gracia muy grande. ¿Sabrás hacerte digna de ella? Yo seré para ti madre. ¿Sabrás tú mostrarte como verdadera hija?”. Extendió su manto y me cubrió con él. En ese instante, apareció Jesús con todas las llagas abiertas... Creí morir y habría caído en tierra, si la mamá celestial no me hubiera sostenido, teniéndome siempre cubierta con su manto.
Después, mi mamá me besó en la frente, desapareció todo y me hallé de rodillas en tierra, pero seguí sintiendo un dolor fuerte en las manos, pies y costado.

Otro día, mi Madre celestial me miraba y, sonriendo, me dijo: “Querida hija, ¡cuánto me gustan tus alabanzas!... Me tomó en brazos y creí morir. Sí, morir por tanta dulzura. ¡Cuántas caricias! ¡Cuánto me quiere!

Fuente
AMOR TOTAL
SANTA GEMA GALGANI
PADRE ÁNGEL PEÑA

La Semana del Cristiano.
Fatimazo por la Paz.

Categories: Fatimazo

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