«Piedad, Señor, que estoy en peligro; líbranos de los enemigos que me persiguen, Señor, que no me avergüenza de haberte invocado.» (Sal 30, 10. 16. 18)

Oración

Perdona las culpas de tu pueblo, Señor, y que tu amor y tu bondad nos libren del poder del pecado, al que nos ha sometido nuestra debilidad. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

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