Fátima, entre la guerra y la paz

En 1917 Europa vivía la Primera Guerra Mundial.

El descontento en la población de Portugal era grande. Casi no había familia que no tuviera a algún hijo o sobrino batallando en las trincheras de un país lejano, en una guerra que casi nadie comprendía.

Fátima es el nombre de una parroquia perteneciente al municipio de Ourem, en el distrito de Santarem, a unas 75 millas al norte de Lisboa.

En Aljustrel, a poco más de una milla de Fátima, vivían los hermanos Jacinta y Francisco Marto y su prima, Lucia dos Santos. Desde muy niños salían al campo con el rebaño de ovejas de la familia.

Desde la primavera de 1916 se les apareció, por tres veces, un ser con figura humana. En la primera aparición les enseñó una oración de reparación y les dijo que era el ángel de la paz. Los niños no comunicaron a nadie la visión del ángel, salvo en sus conversaciones entre ellos.

El 13 de mayo de 1917. En una de esas salidas llevaron las ovejas a pastar a Cova de Iría, un paraje deshabitado a unas dos millas de Aljustrel y otras dos de Fátima. Allí se les apareció la Virgen, que posándose sobre una encina, les pidió que volvieran a aquel lugar todos los días 13 durante otros cinco meses.

Ellos regresaron cada día 13 de los siguientes mese, salvo en agosto pues estaban detenidos en un calabozo. La Virgen se les apareció el dia 19.

El 13 de octubre había quizá 70.000 personas reunidas en Cova de Iría. Al terminar la visión, el sol comenzó a danzar en el cielo de Cova de Iria, se volvía de varios colores, giraba sobre sí mismo y se desplazaba mientras que la gente lo miraba sin que les hiciera daño a los ojos.

Con este milagro concluyeron las 6 apariciones a los 3 niños.

Éste es el mensaje perenne de Fátima, la ORACIÓN y la CONVERSIÓN: las guerras pasan, los gobiernos de las naciones vienen y van, pero la necesidad de CONVERSION PERSONAL es PERMANENTE.

Fatimazo por la Paz.

 


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